En el inicio de la noche de este martes 4 de junio de 2024, un incendio en una de las parrillas más emblemáticas de la capital bonaerense alteró el barrio de La Loma. Un empleado estaba sellando los chinchulines para el horario nocturno, cuando de repente la grasa de esas riqísimas achuras comenzó a derramarse sobre el fuego y las llamas tomaron rápidamente la cocina.

Allí, en cuestión de segundos todo era fuego. De inmediato, las llamaradas crecieron por la enorme chimenea de chapas y salieron al exterior, afectando un cartel de lona vinílica con la publicidad del local y alertando a los vecinos que llamaron a los bomberos, mientras adentro todo era fuego y estallaban los vidrios horizontales que separan a la cocina de la vereda de la avenida 25.

El primer autobomba en llegar, llamativamente, fue uno perteneciente al cuartel de bomberos de Los Hornos, que circunstancialmente pasaba por esa zona. Los servidores públicos más queridos de La Plata, tomaron cartas en el asunto y pudieron encontrar rápidamente una fuente de provisión de agua, justamente en el lavadero de autos ubicado detrás de la parrilla.

Mientras las llamas comenzaban a desaparecer, llegó otro camión con los bomberos voluntarios de San Carlos, que es la jurisdiccón a la que pertenece la zona de la Parrilla de Ariel, el comercio siniestrado. Entre ambas unidades de combate de incendios, con una mayoría de mujeres bomberas, lograron combatir y apagar el incendio sin que se registraran otros daños ni víctimas.

Otro dato de color, además de la presencia femenina uniformada, fue el nombre del bombero a cargo del operativo: Alberto Fernández, un homónimo del ex presidente argentino, que apaga incenios de verdad, no como el poítico, que prestó su colabración a nuestro trabajo periodístico en todo momento, así como Oscar, el empleado del lavadero y lubicentro vecino a la parrilla siniestrada.