El Gobierno nacional ha dado un paso significativo hacia la modernización de los trámites vehiculares con el cierre de más del 40% de los registros automotores y la propuesta de un registro único nacional. Esta medida, que busca reducir costos y agilizar los procesos, ha generado un intenso debate en el sector.
La Resolución 209/2024, que oficializa el cierre de numerosos registros seccionales, establece que sus funciones serán asumidas por otros registros y plantea una reducción del 30% del personal del sector. Además, se eliminará la cédula azul y se acelerará la digitalización de los trámites.
Por su parte, la diputada Patricia Vázquez ha presentado un proyecto de ley que propone un registro único nacional, un arancel único para todos los trámites, la patente única de por vida y una plataforma única para consultar toda la información vehicular.
Estas iniciativas buscan simplificar los trámites, reducir costos y mejorar la transparencia en el sector. Sin embargo, también generan ciertas preocupaciones. La reducción de personal podría afectar la atención al público, y la concentración de información en un único registro podría generar riesgos en términos de seguridad informática.
Los beneficios potenciales de estas reformas son numerosos:
Sin embargo, es fundamental abordar los desafíos que plantea esta transformación:
En definitiva, la reforma de los registros automotores es una medida ambiciosa que busca modernizar un sector clave de la economía argentina. Sin embargo, su éxito dependerá de una implementación cuidadosa y de la capacidad de abordar los desafíos que plantea.