El 13 de agosto de 2014, una noche que quedará grabada en la memoria de los hinchas de San Lorenzo, el club de Boedo se consagró campeón de la Copa Libertadores. Tras una final apasionante ante Nacional de Paraguay, el gol de Néstor Ortigoza desde los doce pasos selló una gesta épica que puso fin a una larga sequía continental.
La conquista de la Libertadores fue el punto culminante de un proceso de reconstrucción que comenzó en las profundidades. Luego de sufrir el descenso y la pérdida de su estadio, el Ciclón se levantó de las cenizas y, bajo la conducción de Edgardo Bauza, conformó un equipo sólido y competitivo.
La campaña de San Lorenzo en la Copa Libertadores 2014 fue un verdadero calvario. El equipo debió superar obstáculos colosales, como la eliminación de grandes candidatos como Gremio y Cruzeiro, para llegar a la instancia final. Cada partido fue una batalla, y cada triunfo, una muestra de la garra y la determinación del plantel.
La obtención de la Copa Libertadores significó mucho más que un título para San Lorenzo. Fue la culminación de un sueño largamente acariciado por sus hinchas, que habían soportado años de frustraciones. Fue la consagración de un equipo que supo sobreponerse a la adversidad y escribir una de las páginas más gloriosas de su historia.
Esta noche, San Lorenzo, con Leandro Romagnoli al mando, recibe a Atlético Mineiro en los octavos de final de la Copa Libertadores. El encuentro, a disputarse este martes a las 21.30 en el Pedro Bidegain y transmitido por Fox Sports, enfrenta a dos equipos con historia en el torneo pero en realidades muy distintas.
El Cuervo, lejos del equipo que levantó la copa hace una década, atraviesa una crisis institucional y deportiva. Si bien sumó refuerzos como Fausto Vera y Lyanco, su presente es irregular, con cuatro partidos sin ganar en la Liga Profesional.
Por su parte, el Galo, con Gabriel Milito como entrenador, llega al encuentro tras una derrota y un empate en el Brasileirao. Sin embargo, su trayectoria en la Libertadores es sólida y cuenta con jugadores de experiencia como Eduardo Vargas y Paulinho.
El encuentro de vuelta se jugará el 20 de agosto en Belo Horizonte. El ganador de esta llave se enfrentará al vencedor de Gremio y Fluminense.