Pese a que las Eliminatorias sudamericanas hacia el Mundial de Qatar 2022 están en receso hasta fines de enero la tensión no frena. Ya que detrás de las holgadas clasificaciones de Brasil y Argentina se encuentran siete selecciones en condiciones de definir su futuro en las próximas cuatro fechas finales y ahí, en esa etapa de definición el destino le ha dado a varios ex Gimnasia la chance de meterse en la historia de cuatro países.
La reciente elección de Diego Alonso como reemplazante del histórico Washington Tabarez al frente de Uruguay y el arribo de José Pekerman junto a Leandro Cufré como ayudante a Venezuela le dan a Gimnasia motivos para inflar el pecho a nivel continental ya que estos símbolos de la historia tripera se suman a la llegada de los mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto a Paraguay y a la enorme campaña de un ex entrenador de la institución como Gustavo Alfaro al frente de Ecuador que está a un paso de Qatar 2022.
Los auténticos hijos pródigos del club platense ambos provienen de una familia tripera por tradición y han sido los máximos exponentes del sentimiento albiazul una vez que dejaron el Bosque para explotar su potencial. Guillermo se transformó en un ícono de Boca mientras que Gustavo llegó a Racing para cortar una histórica sequía de títulos. Ambos lograron meterse en la historia de dos de los grandes del país.
En el caso de Guillermo, conquistó 6 títulos de la liga argentina, 4 Copa Libertadores, 2 Copa Intercontinental, 2 Copa Sudamericana y 2 Recopa Sudamericana con la camiseta de Boca y luego levantó la MLS Cup en Estados Unidos. Con la camiseta de Argentina ganó el Oro de los Panamericanos 1995 y jugó la Copa América 1999.
En su primera experiencia como técnico Guillermo sumó a Gustavo (que venía de trabajar con otro símbolo tripero como Gregorio Pérez en Libertad de Paraguay) para llegar a Lanús donde levantaría la Copa Sudamericana 2013. Tras un frustrado camino en Palermo de Italia (dirigieron apenas 4 partidos por no poseer licencia FIFA) llegaron a Boca para ser campeones en la 2016-2017 y en 2017 -18. Luego de un paso por Los Ángeles Galaxy (dirigieron a Zlatan Ibrahimovic) asumieron en Paraguay donde llevan dirigidos dos partidos (empate y derrota). La albirroja está a 4 puntos de la zona de repechaje a falta de cuatro fechas.
El Tornado marcó una época a fuerza de goles en el Lobo. El arribo del uruguayo desde Bella Vista en 1999 sirvió para continuar el legado histórico entre el país hermano y Gimnasia. Los 17 goles en 32 partidos lo volvieron ídolo de la institución a la que volvió en el 2008 para dar una mano y ser protagonista de la recordada promoción frente a Atlético Rafaela.
Como entrenador comenzó su carrera en el club que lo vio nacer para luego hacerse fuerte en Guaraní y Olimpia en Paraguay (consiguió el 67 % y el 57 % de los puntos respectivamente) y más tarde ser campeón de la Liga de Campeones de la Concacaf con Pachuca primero (2017) y Monterrey al año siguiente. Tras un flojo paso por el Inter de Miami se le abrió enorme puerta de la Selección uruguaya.
La celeste suma 16 puntos y está a uno del repechaje. Su debut será, justamente contra los mellizos en Asunción, luego recibirá a la Venezuela de Pekerman y Cufré y al Perú de Gareca para cerrar su chance frente a Chile en Santiago.
Es, quizás, el central de más jerarquía que haya dado la historia del club. Su aparición en Primera de la mano de Timoteo Griguol fue rutilante. Con la camiseta del Lobo jugó más de 100 partidos para transformarse en un símbolo de aquella generación.
Consolidado en Primera y siendo fundamental en el esquema de las Sub 20 de la Selección Argentina de Pekerman emigró a Roma donde logró la titularidad entre las temporadas de 2004 y 2006 en la previa del único mundial que disputó en Alemania, nuevamente con José como entrenador.
Luego de un frustrado regreso al Lobo en 2008 (“Madelón prefirió a Agüero”, declaró Cufré por entonces) su carrera continuó en Mónaco, Herta de Berlín y Dinamo Zagreb (donde fue campeón de la Copa 2010 y 2011) para recalar en Atlas donde se retiró y comenzó su carrera de técnico. En total dirigió 41 partidos, ganó 15, empató 5 y perdió 21 antes de ser convocado para ser la mano derecha en la Selección de Venezuela ya sin chances para Qatar, pero con el objetivo puesto en lograr su primera clasificación mundialista en la próxima eliminatoria.
Quizás el menos vinculado, pero con un recordado paso por Gimnasia. De la mano de “Lechuga” el Lobo terminó décimo apenas asumió y lo llevo, por primera vez en su historia, a las semifinales de la Copa Argentina.
Alfaro logró sumar los puntos necesarios para alejar al fantasma del descenso y metió al equipo en la Copa Sudamericana del 2017. Aunque la historia copera duro poco, devolvió la institución al plano internacional.
Su Ecuador se encuentra tercera con 23 puntos en la clasificación sudamericana detrás de Brasil y Argentina y a seis puntos de distancia de Colombia, su inmediato perseguidor. Una campaña histórica que lo pone dentro de los mejores entrenadores del continente. Fuentes: lamovidaplatense.com e infocielo.com