Fiebre, tos, fatiga, dolor de garganta, pérdida del olfato y gusto… Cada día tenemos más claro cuáles son los síntomas físicos que causa el COVID-19 y sus variantes en nuestro cuerpo.
Sin embargo, poco se habla de los padecimientos y secuelas neurológicas que el SARS-CoV-2 produce en el cerebro como la niebla mental, confusión, dolor de cabeza e incluso depresión.
De acuerdo a un artículo publicado por la revista Nature, la nueva evidencia sugiere que las personas infectadas por COVID-19 pueden presentar síntomas como pérdida de memoria, accidentes cerebrovasculares y confusión, complicación neurológica también conocida como “niebla mental”.
La niebla mental es un desagradable efecto del virus que puede darse tanto mientras las personas cursan la enfermedad como también como parte de los efectos que deja el covid, lo que se conoce como Covid prolongado.
Si bien los estudios sobre este último están en curso, ya se han realizado algunas investigaciones sobre la niebla mental desde que se la reconoció por primera vez, indica The Mirror.
Para empezar, "niebla mental" no es el término que emplean los médicos para lo que las personas experimentan como consecuencia de tener coronavirus sino que los profesionales lo describen como "problemas de memoria y concentración".
"Lo que realmente me impide volver a trabajar son mis problemas cognitivos o mi confusión mental. Lo siento, lo siento, eso es todo, ya ves, pierdo el hilo de mis pensamientos, ese es el problema", le explicó la doctora Kerry Smith, que se desempeña como médico de familia, a Medical News Today.
Y detalló: "Con mi niebla mental tengo problemas para concentrarme, mantener una conversación o realizar varias tareas a la vez. Pierdo la línea de pensamiento con facilidad. Y tengo dificultades con mi memoria".
Según un estudio que se publicó en la revista científica The Lancet, el 88 por ciento de las 3762 personas a las que se les preguntó sobre sus síntomas poscovid presentaron algún tipo de confusión mental o problemas con la memoria, sostiene el medio citado.
Además, destacó que la edad no era un factor relevante en estos casos ya que se encontró que los que presentaban este síntoma no sólo eran pacientes mayores.
p>En este sentido, todos los expertos coinciden en que es clave evaluar el cuadro junto con un profesional para poder identificar con precisión las dificultades. De este modo será posible determinar el acompañamiento adecuado para el tratamiento.La disfunción cognitiva o los problemas de memoria eran comunes en todos los grupos etarios
Una vez definido el cuadro, y en el caso de que se considere pertinente, se puede comenzar un proceso interdisciplinario de rehabilitación, incluyendo actividades que pueden ayudar a reducir el impacto de los síntomas cognitivos.
Frente a estos casos, el Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña recomienda además llevar un estilo de vida saludable, no fumar y mantener una dieta equilibrada. Como indica el organismo, es importante dormir bien, mantenerse hidratado, socializar, reducir el consumo de alcohol y hacer ejercicio.
Entre los signos que se manifiestan luego de haber pasado la enfermedad, el organismo detalla los siguientes: cansancio extremo o fatiga); dificultades para respirar; dolor u opresión en el pecho; problemas de memoria y concentración; dificultad para dormir o insomnio; palpitaciones; y mareos.
Además, puede presentarse hormigueo; dolor en las articulaciones; tinnitus o dolor de oído; malestar general; diarrea, dolor de estómago o pérdida de apetito. Fuente: clarin.com
