Coronavirus, pandemia, cuarentena, aislamiento, distanciamiento. Durante todo el 2020 nuestro lenguaje se pobló de palabras nuevas o que jamás pensamos que usaríamos con tanta frecuencia. A estas expresiones, que lideran las búsquedas en Google, se sumaron otras como teletrabajo, home office, Zoom.
p>Todas ellas registran la percepción en el lenguaje de una realidad que se nos impuso a la velocidad del rayo, nos tomó de sorpresa y a la que nos tuvimos que adaptar sin preparación, aunque todo el mundo coincide con la idea de que, en realidad, buena parte de ellas aluden a fenómenos que estaban en desarrollo y que el virus solamente aceleró.En cualquier caso, lo que más importa es que la realidad que describen llegó realmente para quedarse y experimentará todavía nuevas transformaciones. Una de ellas ya incorpora otra nueva expresión que, aunque de uso aún incipiente en la Argentina y en el mundo, no tardará en imponerse y formar parte del lenguaje cotidiano de las empresas.
Nos referimos al “Outwork”, una palabra que acuñé hace varios meses durante una entrevista con un alto ejecutivo de un banco cuando me contaba que ya habían decidido que el 60% de sus colaboradores no volverían a trabajar en el formato pre pandemia, lo iban a hacer en formato Home Office.
En ese momento le pregunté: “¿vos crees que la gente quiere trabajar en sus casa?, yo creo que es mas oportuno el termino Outwork, que traducida del inglés, significa “trabajo fuera de la fábrica” o “fuera de la oficina”, un término más amplio que el home office que restringe la actividad a que sea desempeñada en el hogar pero a la vez más específica que el mero “teletrabajo”, donde la clave es el vínculo tecnológico para sortear la “distancia”. También se busca capturar lo que sería una evolución del coworking, donde el teletrabajo se lleva adelante en espacios físicos predeterminados, ociosos y por sobre todos flexibles para los nuevos trabajadores remotos, a los que simplemente uno debe concurrir, adaptándose a ellos.
“Outwork” va mucho más allá. Es un concepto que está centrado en el usuario. Es un espacio laboral distinto, un “tercer lugar” que no es ni el hogar ni la oficina, pero que tampoco es fijo como el coworking, sino que es móvil, flexible, tiene que estar donde el trabajador lo necesite y debe reunir condiciones óptimas de funcionalidad, conectividad, espacios para trabajar solo y tranquilo, pero también tiene que contemplar la posibilidad de que concurran otras personas, haya reuniones, presentaciones, entre otras cosas.
En nuestro maravilloso país donde los emprendedores crecen y se multiplican, acaban de nacer varias proyectos atendiendo a esta nueva tendencias, entre ellos “benomad”, una startup cuyo eslogan no es otro sino “Trabaja donde quieras”, y representa claramente la revolución del mundo del trabajo que establece nuevos códigos y empuja a las organizaciones y empresas a transformarse. Pablo Alemán, Pablo Di Filippo y Alan Packer, sus tres cofundadores entendieron que una app debería permitirles a los nuevos trabajadores de hoy en día el poder elegir el lugar de trabajo, la forma de hacerlo y el cuando en base a sus experiencias, necesidades, gustos o cercanía.
Sin dudas, la cuarentena no inventó el teletrabajo, sino que aceleró y acentuó tendencias que ya estaban presentes: en 2019, una encuesta de Buffer, empresa de software de administración de medios sociales, determinó que el 99% de los consultados señaló que quisiera trabajar de manera remota al menos una parte de su tiempo durante el resto de sus carreras.
Otro estudio, en este caso de GetApp, estimó que la cantidad de personas que trabajan de forma remota al menos una vez por semana creció un 400% desde 2010. Para completar el panorama un análisis del afamado Boston Consulting Group (BCG) estableció que el teletrabajo puede incrementar la productividad entre un 15% y un 40%; reducir el ausentismo laboral en un 40%; reducir las sustituciones de personal entre un 10% y 15%; así como suponer una disminución de costos de más del 20% en alquileres y recursos.
La apuesta por espacios de Outwork se conecta no solo con las necesidades abiertas por la pandemia sino también con una apuesta de las empresas, los profesionales independientes, los estudiantes y los freelancers, acerca de cómo serán sus rutinas laborales en la nueva normalidad.
Las oportunidades no están en las crisis, están ocultas en los procesos de cambios en las tendencias dominantes, quienes estén atentos, reaccionen a tiempo, inviertan oportunamente y sepan llevarlo adelante, podrán ser reconocidos por el resto como aquellos que supieron aprovechar las oportunidades. Fuente: lamovidaplatense.info y laplata1.com.