Beto Alonso, a 35 años de la pelota naranja: la reunión en la habitación de Ruggeri y el detrás de escena de la vuelta olímpica de River en la Bombonera

06-04-2021 - Por Primera Página

El Superclásico entre River y Boca, luego de tantas batallas, tiene miles de historias y anécdotas. Uno de los enfrentamientos más recordados entre los dos clubes más populares del país es el partido que se produjo el 6 de abril de 1986 en el Alberto J. Armando. Pese al paso de los años, este encuentro sigue latente en la memoria de los hinchas y fue bautizado como el partido de la pelota naranja. A 35 años de esta gesta, Beto Alonso dialogó con Infobae para develar el detrás de escena de cómo se gestó la vuelta olímpica en la Bombonera y su memorable gol con una atípica Tango.

p>Aunque el Millonario había conquistado el campeonato local casi con un mes de antelación, el calendario marcaba un duelo muy especial. Tanto en la calle como en los principales medios de la época se hablaba sólo de un tema: si los de Núñez finalmente festejarían en la cancha del rival de toda la vida. Tras la consagración ante Vélez, River jugó contra Gimnasia en La Plata e hizo un moderado festejo.

“Tengo muy vivo el recuerdo. Fue un partido especial. Cuando llegábamos a la cancha sentimos una explosión en el techo del micro, tiraron una barra de hielo. Los que lo hicieron pensaron en amedrentarnos, pero les salió al revés porque a ese equipo no le daba miedo nada. Recuerdo que cuando hice el segundo gol quería subirme a la tribuna y abrazarme con todos los nuestros”, comenzó su relato el mítico ’10′, dejando en claro el espeso clima que se vivía en La Boca en la antesala al partido.

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Cuando el capitán Tolo Gallego saltó al campo de juego liderando al plantel, el equipo enfiló como si fuera hacia el centro de la cancha; pero tras algunos pasos dobló con dirección hacia un costado para dar la vuelta olímpica y festejar ante los hinchas que se acercaron al estadio. “La vuelta en La Boca no se va a olvidar jamás”, se entonó desde el sector visitante. Vale destacar que debido a la caída de algunos proyectiles la celebración se dio a la mitad del campo de juego.

“Nos habían bajado el dato que el gobierno le pidió al club que no demos la vuelta. Ahí nomás nos reunimos en la habitación del Cabezón Ruggeri y decidimos que la íbamos a dar. Se lo debíamos a la gente de River. Yo les dije a mis compañeros que iba a salir con los pies para adelante, pero que la vuelta la iba a dar igual. Ninguno se bajó. Todos levantaron la mano”, confesó el Alonso al contar la trastienda de los festejos en la casa del Xeneize. Y luego, añadió: “Sentí que era algo que quería compartir con el hincha de River. Siempre quise su felicidad y esa era una linda forma de dársela. Fíjate que pasaron 35 años y se sigue hablando de esa vuelta”.

Ese día los dirigidos por el Bambino Veira formaron con Nery Pumpido; Eduardo Saporiti, Oscar Ruggeri, Carlos Karabín, Alejandro Montenegro; Héctor Enrique, Américo Gallego, Roque Alfaro, Claudio Morresi; Luis Amuchástegui y Norberto Alonso (Enzo Francescoli no jugó al estar junto a la Selección de Uruguay). Los de Mario Zanabria, por su parte, alinearon con Hugo Gatti; Claudio Di Natale, Jorge Higuaín, Roberto Passucci, Enrique Hrabina; Milton Melgar, Julio Olarticoechea, Angel Hoyos, Carlos Tapia; Jorge Rinaldi y Alfredo Graciani.

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Con los ánimos más calmados, el árbitro Francisco Lamolina dio el pitido inicial y el partido comenzó con la pelota Tango, pero llamó la atención por su color naranja (su elección fue debido a que se preveía una fuerte invasión de papelitos, lo que dificultaría la visión). Luego de algunos minutos de estudio, el partido se abrió con un buen tiro libre de Roque Alfaro a la cabeza del Beto Alonso, quien se escapó de su marca y descolocó al arquero. Aunque el conjunto local buscó la igualdad, se fue al descanso sin nada gracias a la buena defensa millonaria y la presencia de Pumpido.

En la segunda parte, ya con el balón en su clásica versión blanca y negra, Boca intentó con distintos remates desde afuera del área y tomó aún más protagonismo tras la expulsión de Montenegro. Sin embargo, cuando peor la pasaban los de Veira (recibió un piedrazo desde la zona de los palcos), la zurda de Alonso apareció para darle tranquilidad al Millonario: decretó el 2 a 0 gracias a un tanto de tiro libre que se desvió en la barrera.

Esta victoria fue una de las primeras dentro de un año soñado para River, donde conquistó por primera vez en su historia la Copa Libertadores y luego se proclamaría campeón del mundo al vencer en la final de la Intercontinental al Steaua Bucarest de Rumania. “La clave era el grupo de jugadores. Era un grupo de hombres que quería ganar todas las competencias que tenía por delante y que sabía cómo y tenía con qué. Fue un gran equipo que priorizaba al grupo por sobre lo individual y que tenía grandes jugadores en cada puesto”, analizó quien defendió la banda roja cruzada en el pecho en 423 oportunidades y aportó 158 goles, lo que lo convierte en el quinto máximo artillero en la historia del club y el séptimo en presencias.

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“River tenía esa deuda con su gente. Y yo sabía que era la última chance que tenía de poner mi granito de arena para que la Copa Libertadores vaya a las vitrinas del club. No lo viví nunca como una presión sino como un deseo”, manifestó el ídolo Millonario. Además, pese a que la institución de Núñez nunca más pudo proclamarse campeón del mundo, él considera que es simplemente una cuestión de tiempo: “Ya se va a dar. Así es el fútbol. Son partidos donde se juegan muchas cosas. No puedo darte una respuesta concreta porque no formé parte de otros planteles. Solo te puedo hablar de nosotros. Lo ganamos porque fuimos el mejor equipo de esa época”. En 1996 sucumbió ante Juventus y en 2015, ya en el Mundial de Clubes, cayó contra el Barcelona de Lionel Messi. En la edición de 2018, los de Gallardo fueron sorprendidos por el Al Ain de Emiratos Árabes Unidos en semifinales.

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El ex Olympique de Marsella y Vélez Sarsfield también ponderó la labor del Bambino: “Fue un fenómeno. Entendió lo que era el club enseguida. Y era uno más de nosotros. El gran responsable del armado grupal”.

Por último, Alonso analizó los puntos en común y las diferencias que existen entre ese memorable equipo del 86 y el River de Marcelo Gallardo: “El Muñeco formó equipos de primer nivel. Ningún equipo es parecido. Cada uno tiene sus características. Creo que nos parecemos en la cuota de personalidad para encarar partidos decisivos”. Fuentes; lamovidaplatense.info y infobae.com