El arzobispo de La Plata, Victor Tucho Fernández, es un hombre de palabras sencillas pero llenas de significado, que emplea con prudencia y la sabiduría que tiene quien ha caminado por la vida entregado a la causa de los que más lo necesitan. Así lo demostró en un extenso diálogo con Marcela Feudale, al aire de LA CIELO, en el que se mostró dolido por la actitud de una parte de la sociedad frente a la pandemia del coronavirus, y en la que dio sus impresiones sobre el gobierno de Alberto Fernández, el rol de la oposición y la tarea de los medios de comunicación.
¿Cómo se vive desde lo religioso, desde el espíritu, la pandemia?
Hace tiempo que no separamos lo espiritual de la vida concreta de las personas. Uno en la pandemia ve gente con angustia, con problemas interiores, con planteos sobre el sentido de su vida. Por otro lado tenés la gente que sufre porque no llega al día 10 del mes, no sabe cómo sostener a sus hijos y además tiene enfermos a la familia. La vida se hace muy dura. Las dos cosas, los aspectos materiales e interiores son inseparables. En el trabajo espiritual uno se encuentra con las dos cosas al mismo tiempo. Son cosas aparentemente diferentes pero relacionadas.
No sé si es mucha gente o poca, pero hay una particular indiferencia de una parte importante de gente, en su discurso y su actitud, frente a la pandemia.
Hay dos cosas: una cuestión ideológica de sectores minoritarios, anticuarentena, que siguen diciendo que el virus lo inventó alguno, o que en realidad es una gripe. Parece mentira pero todavía existen, hasta que les toca de cerca, y a eso lo he comprobado. Más de uno, incluso dentro de los sectores espirituales hay de esos grupos, cuando se les muere un ser querido, cuando ellos mismos se enferman y tienen problemas de respiración. Me pasó el otro día que llamé a uno que estaba enfermo, que está con coronavirus. Le dije “estás con síntomas leves” y me respondió “no sabés lo que es querer expectorar y no poder, porque tenés el pecho cerrado”.
¿Es la misma indiferencia de siempre o es más profunda?
Hay algo que a mi me duele y yo creía que esto que está pasando nos iba a humanizar. Durante unos meses creí que eso estaba ocurriendo, pero en los últimos meses tengo la impresión de que estamos en una especie de nerviosismo, de angustia individualista, de sálvese quien pueda. Incluso la cosa se politiza, y cuando pasa eso se pierde toda racionalidad. De manera que estoy preocupado por eso, porque esta podría ser una gran ocasión para nacer como humanidad de una manera distinta. Pasa con las vacunas, donde hay muchos países que no tienen acceso. Uno pensaba que en una situación de catástrofe no se iba a pensar más, ni siquiera en la propiedad de las patentes, sino en el bien de todos, pero no está ocurriendo.
Pasa también con el impuesto a la riqueza...
Cuando en realidad los afecta muy poco el impuesto, en la práctica, en lo concreto, frente a lo que tienen, los afecta demasiado poco, no les cambia la vida. Me parece que la oposición a esto no es tanto por la plata sino por una cuestión ideológica, por un planteo de lo que es la vida en sociedad.
La única manera de avanzar y resolver los problemas es que, aún teniendo diferencias, seamos capaces de hacer un aporte para salir adelante. Después seguiremos discutiendo otras cosas, pero en este momento, como en una guerra, como en situaciones extremas, no cabe otra más que dejar de lado diferencias y pensar en la gente, que es pensar en personas que están con mucha angustia. Acá hay algo que dice el Papa Francisco: estamos acostumbrados a vivir en un lugar que nos da cierta seguridad, cierta comodidad, y parece que detrás de las paredes no existiera nada. Como a los pobres no los ven, más que alguno que esté tirado por ahí en el centro, los que viven por acá ignoran que existen estas casas donde hay angustia por el día a día, por la comida, por chicos que no tienen acceso al mínimo recurso. Como no los ven, viven como si no existieran. Cuando no tenés una persona en tu casa que esté enferma, aunque estén desbordados los hospitales, vivís como si eso no existiera. Eso nos indica que hay un trabajo educativo, espiritual, humanizador, que tenemos que empezar a hacer porque sino esté país se nos va a ir a la mierda.
Se habla mucho de que este virus es consecuencia de un desfasaje de la humanidad muy difícil de remontar ahora, y que por lo tanto podemos tener este tipo de epidemias muy frecuentemente. Y la gente que vive en la economía informal va a vivir de angustia en angustia y son los que particularmente tenemos que mirar en circunstancias como esta. Pero un sector de la sociedad argentina los desprecia profundamente, no los considera seres humanos con la misma dignidad. El ejemplo de los cartoneros me conmueve profundamente: hay gente que todavía les dice “andá a laburar, vago”. A un cartonero que labura como loco, de la mañana temprano a la noche, termina muerto, no tiene vida, no tiene familia. Y le dicen “andá a laburar, vago”. Yo los pondría a hacer ese trabajo. Hay un problema cultural, no sólo económico, político, de la clase media, que es complicado.
Evidentemente la cultura política también tiene que mejorar. Tenemos un nivel muy bajo que termina viendo la oportunidad para conseguir un adepto más.
Rumbo a los dos años de gestión, ¿te gusta el gobierno de Alberto Fernández?
Ha enfrentado varias cosas que esperábamos que se tocaran, pero evidentemente falta un planteo más general de país, y falta algún tipo de proyecto. Él ha dicho que los planes no le interesan demasiado. Yo reconozco una cosa: vos te ponés a planificar a futuro, y el mundo, tal como funciona, en tres años te tira todo a la mierda. Un país puede hacer todo bárbaro y le viene una crisis en México, en Estados Unidos, donde sea, y te tira todo el esfuerzo. Plantearle a la gente que hay que hacer un sacrifio por un futuro que va a ser mejor, es muy difícil de sostener, y yo lo entiendo. Pero de cualquier manera hace mucho que espero una organización productiva del país. Incluso en el Gobierno anterior lo preguntaba cada rato. Entiendo que se nos vino encima la pandemia, pero en ese punto yo espero todavía mucho más.
Creo que es un gobierno progresista, en ese sentido no vamos a discutir. Lo que creo es que hay muchas ideas que son auténticas, que son sanas y claras, pero que necesariamente hay que establecer los cauces para que sean efectivas.
¿Como ves a los medios de comunicación, a esa fuerza centrífuga, frente a un gobierno cuyo objetivo es derrotar a la pandemia?
Está claro que la agenda que van marcando los medios ayuda poco, más bien complica. Es verdad que uno se puede preguntar cuál es específicamente la tarea del periodista, y es una discusión que tienen que dar entre ustedes, pero yo, como ciudadano, esperaría que los medios estimularan otra cosa, porque son formadores de cultura, eso no se puede negar. Con mucha guita y buen manejo de medios, podés propiciar un cambio cultural, y eso de hecho ya ha ocurrido. Ya ha ocurrido, en pocos años hay un cambio en medios y redes, hecho con recursos, que ha provocado en parte de la población un cambio cultural importante, un cambio de cabeza importante. No creo que podamos ignorar que los medios tienen ese efecto, que inciden en la cultura, incluso en buena parte de la cultura popular. Fuentes: lamovidaplatense.info e infocielo.com