"El dinosaurio saurópodo, herbívoro, de largos cuello y cola y un cráneo pequeño en relación al resto del cuerpo podía aumentar más de 6.000 kilos al año", contó a Télam el paleontólogo José Luis Carballido, director de la campaña que recuperó el ejemplar a 260 kilómetros al Oeste de Trelew.
Carballido atribuyó el gran impacto mundial del trascendente hallazgo a que "a la gente le fascina tanto como a nosotros un nuevo dinosaurio, y evidentemente el tamaño de los huesos de este ejemplar llama la atención".
Además, "la enorme cantidad de restos encontrados -unos 200 hasta ahora-, pertenecientes a más de siete ejemplares, representa el hallazgo más completo de este tipo de dinosaurios a nivel mundial, lo cual permitirá avanzar mucho más en el conocimiento de este grupo de dinosaurios".
¿Fue la Patagonia un lugar particularmente habitado por dinosaurios? "La pregunta no es por qué en la Patagonia había tantos dinosaurios, sino por qué los encontramos ahí", replicó.
"En la Patagonia podemos hacer estudios de afloramientos cretácicos gracias a los ambientes desérticos y a la erosión que permite que caminemos sobre rocas cretácicas: en Misiones no se encuentran dinosaurios porque está la selva arriba de las rocas".
El investigador enfatizó como uno de los puntos importanes del hallazgo que va a permitir empezar a contestar varias de esas preguntas es el porte de los ejemplares.
"Pertenecen a los principios del Cretácico Superior -entre 100 y 90 millones de años, de cuando tenemos al gigante Argentinosaurus huinculensis en Neuquén-, estos huesos de una nueva especie que debe haber tenido evidentemente una condición climática excelente", observó.
El nuevo dinosaurio se convierte en el más grande conocido, alcanzando una masa corporal de 77 toneladas métricas -quizás mayor-, superando al menos en 5 toneladas al Argentinosaurus.
El largo del animal probablemente alcanzó los 40 metros desde la cabeza hasta la cola, y su altura debió haber alcanzado, con el cuello erguido, probablemente unos 20 metros.
La principal hipótesis es que el tamaño corporal tiene relación con el intento de escape a la predación, llamado también "carrera armanetista", por la que un herbívoro puede eludir a un carnívoro.
"Ocurre en cualquier ecosistema sistema actual, por ejemplo con el elefante, que pasa a ser inmune a la predación porque se hace energéticamente costoso y riesgoso atacarlo", precisó.