"Hermanos, en lo bueno y en lo malo; siempre unidos, siempre a mano; sin pedirnos nada a cambio. Hermanos, en lo dulce y en lo amargo, aprendimos a escucharnos, y a entendernos sin mirarnos". El hermoso estribillo que inmortalizó el Dúo Pimpinela simplifica el verdadero sentimiento entre dos o más personas que nacieron del mismo ser.
La hermandad es de las relaciones de afecto más emotivas que puede haber. Todos tienen hermanos. Los naturales o los que eligieron en la vida. Pero en muchas ocasiones se da que además de ser de la misma sangre, se terminan eligiendo.
Esto ocurre, por ejemplo, con los Sánchez de León, quienes además del día a día, comparten equipo. Claro que no se trata de una hermandad común. Para ser más precisos, Juan Manuel y Juan Bautista nacieron el mismo día (7 de julio). Y también llegaron al mundo en el mismo año (1999). Son mellizos.
El futbolero que peina canas conoció, de ver jugar, a los holandeses Van der Kerkhof (Willy y René); los que están por convertirse o ya son personas de las cuatro décadas a los Barros Schelotto (Guillermo y Gustavo) y los más jovencitos a los Funes Mori (Rogelio y Ramiro).
Son los ejemplos que salen en forma inmediata. Pero poco conocen de la verdadera relación entre mellizos. Los jovencitos de Real Pilar se mostraron tal como son ante Crónica del Ascenso, dejando en claro que además de hermanos son amigos. Dos personas que se admiran mutuamente y que no ahorran elogios hacia el otro. "Lo nuestro es bastante particular, algo que no todos entienden.
Es más que una relación de hermanos porque prácticamente compartimos todo. Hubo un tiempo que jugamos en clubes distintos pero estuvimos toda la vida juntos, con el mismo grupo de amigos", rompió el hielo Juan Bautista.
¿Pero tan parecidos son? No lo crea. Hay un rasgo que los distingue y a lo cual Juan Manuel hace referencia: "Ahora de grandes estamos más diferentes. De chico éramos iguales. Nos reconocían por una cicatriz que Bauty tiene en el pie por un lunar mientras yo tengo uno en la oreja. Ahora de grande ya tenemos rasgos distintos y a la hora de hablar no somos iguales. De todas maneras a simple viste no te dás cuenta. Para diferenciarnos, tienen que conocernos un poco".
-JB: No tuvimos muchas contras. Entre los pro, hubo una situación que se dio cuando éramos más chicos. En un partido entró uno por el otro. Uno de los dos atajaba y no le gustaba. Entonces, para que el director técnico no se diera cuenta, iba uno al arco un fin de semana y al siguiente iba el otro. Así podíamos jugar en el mediocampo un partido cada uno.
JM: Y en el colegio íbamos a cursos distintos. No nos dejaban ir al mismo. Muchos de esos problemas de confusiones no tuvimos en la escuela. Fueron más que nada en los partidos de fútbol. Nosotros empezamos en infantiles en Gimnasia de La Plata. En un partido contra Chacarita estábamos jugando los dos, Bauty tenía amarilla, pegó una patada y justo estábamos los dos cerquita. Antes que el referí se diera cuenta que era él, me puse adelante para que me amoneste y no lo eche a él. Nadie se dio cuenta.
-JM: Como nosotros estábamos juntos, era como que reuníamos a los dos grupos de amigos. Terminábamos jugando al fútbol todos juntos. Generalmente estábamos con el mismo grupo.
-JM: Depende. Mi vieja se equivocaba. Tenemos una anécdota muy graciosa con ella. Como éramos chicos, jugábamos al fútbol en la cocina. Utilizábamos las sillas como arcos. Bauty pateó y rompió una y se fue corriendo. Yo quedé al lado de la silla rota y me empezó a retar como si hubiera sido yo.
-JB: Hemos estado los dos al mismo tiempo de novios pero nunca tuvimos confusión. Hoy el que está de novio es Juan Manuel. Vivimos en Pilar desde que vinimos al club porque no podíamos viajar dos horas por día desde La Plata. Vivimos los tres, con la novia de mi hermano.
-JM: Llevo casi tres años de novio y comparto tantas cosas con mi hermano que mi novia prácticamente lo tuvo que aceptar. Tienen una confianza de hermanos. Por eso también la decisión de vivir juntos. Sino sería imposible.
JB: Manu es malísimo. Yo me destaco en eso. No tengo una especialidad pero me la rebusco con lo que hay que hacer. Me gusta hacer asados. Él es muy malo. Cocina pero es muy vago; por eso prefiero cocinar porque sé que sale rico.
JM: Aunque la que cocina muy bien es mi novia. Por eso dejo que cocine ella o Bauty. Tenemos los mismos gustos. Siempre comimos lo mismo.
JB: Por suerte muy buena. Nunca nos faltó nada. Tenemos a mi viejo y mi vieja. Mi mamá tiene tres hijas y mi papá, un hijo y una hija. Se juntaron y nos tuvieron a nosotros dos. Vivimos siempre juntos porque cuando nacimos, ellos eran muy chicos. Prácticamente nos criamos los siete hermanos juntos.
-JB: No, por suerte nunca tuvimos peleas; sí discusiones de hermanos, pero siempre entre nosotros. Es más: capaz que nos peleábamos, mi viejo se quería meter a calmar y terminábamos los dos enojados con él.
JM: Por suerte somos muy unidos en ese sentido. Desde chico siempre con buenos tratos y cómplices el uno del otro.
JM: En el barrio no, pero sí en partidos. Recuerdo uno contra River, que yo estaba en el banco de suplentes. Cuando terminó el partido, hubo un tumulto y vi como un jugador de River quería pegarle a Bauty; entonces me anticipé y lo defendí. Más que nada, eso.
-JM: Mirá, la verdad es totalmente distinto a la relación de hermanos normales. Al compartir tantas cosas, al estar mucho tiempo juntos, digo que somos la misma persona dividida en dos cuerpos distintos. ¿Que pasa? Capaz me doy cuenta muy rápido de los estados de ánimo de él o de las cosas que piensa. Nos entendemos mucho.
Pasó cuando vivíamos lejos, porque a mi me tocó ir a Agropecuario de Carlos Casares y mis viejos me fueron a visitar. Bauty no pudo ir porque tenía partido en la reserva de Quilmes. Estando en La Plata y nosotros almorzando con mis viejos, Bauty me mandó una foto y cuando la miro, estaba vestido igual que yo. Y no habíamos hablado en el día. Cuando vi la foto le dije: "boludo, estás vestido igual que yo". Estas conexiones son rarísimas porque te demuestran que es demasiado fuerte el vínculo.
JB: No es que si Manu se siente mal, yo también. Me doy cuenta al toque, se que le pasa, tal como dijo él. Inconscientemente si mi hermano está mal, es difícil que yo esté bien o viceversa. Es como dijo Manu: es tan fuerte la relación, que es difícil. Fuentes: Nahuel Ventura, depo.com.ar y lamovidaplatense.info