La magnificencia de las Jornadas previas del 17 de octubre de 1945 fue sin duda la escena justa que posibilito el triunfo de Juan Domingo Perón en las elecciones presidenciales del 24 de febrero de 1946.
p>La formulación anterior del Partido Laborista que consagro su candidatura enfrento un cumulo político sin precedentes en la Argentina bajo el rotulo de Unión Democrática explícitamente avalado por los Estados Unidos bajo un falaz resabio de nazi-fascismo sobre la figura futuro presidente.No en vano las certeras investigaciones del Doctor Raanan Rein desechan por completo dicha acusación como así también que haya existido móviles anti semitas de su parte, algo que, no obstante, hasta nuestros días se sigue utilizando como muletilla para deslegitimar la gesta peronista en el país y en el mundo.
La victoria electoral dio lugar a los posteriores 10 años de prosperidad y felicidad del Pueblo Argentino gracias a la formulación de dos planes quinquenales y de una serie de legislaciones propendientes a la nacionalización de la economía local y a la sanción de derechos y beneficios sobre la clase trabajadora en su conjunto.
Luego del derrocamiento de Y polito Yrigoyen el 6 de septiembre de 1930 y de la sucesión de la llamada “Década Infame" se producía en el país elecciones libres y transparentes, enfatizando de plano el ascenso al poder del Peronismo por la única vía posible, es decir la electoral.
Perón – a nuestro entender – abre el primer proceso populista de masas relevante en América Latina y dado su irradiación regional dio luz a que otros países – con sus matices – adoptaran modelos políticos afines y en particular ante su efectivización.
La reacción de los poderes dominantes no se hizo esperar, que desde entonces, socaban a partir de todos los planos la legitimidad del Populismo, pero la historia demuestra su circularidad y los fenómenos llamados progresistas o también populistas vuelven a tomar protagonismo en la región desde la aparición de Hugo Chávez en 1999, Lula en 2003 al mismo tiempo de la inauguración del periodo Kirchnerista de la década pasada y de la presencia de Evo Morales, José Mujica y Rafael Correa en la geopolítica regional.
La perdida del Neoliberalismo por legitimidad, pero no por poder real, nos desafía a los latinoamericanos a la construcción de amplios frentes de unidad con nuestros afines locales y regionales para vencer a dicho dogma y dar lugar a toda Latinoamérica de ser el ultimo espacio posible de nuestra re producción vital.
Los intereses para impedirlo son muy profundos y poderosos pero la oportunidad de un debilitamiento imperial quizás pueda ser la clave para nuestra concreción.
Miremos a Perón quien con mucha paciencia y perseverancia logro desde su lugar de General conducir los destinos de la Patria y su ejemplo aún perdura en inmensas mayorías
Ezequiel Beer.