Carolina Píparo: "las dos caras de Caro" o "el poder después del error". Esta tarde aparecieron las imágenes de algunas cámaras de seguridad de la Municipalidad de La Plata.
Unas 36 horas después del hecho, edulcoradas y “explicadas” por los funcionarios de Seguridad comunal.
Son absolutamente parciales, ya que solo muestran escenas que intentan favorecer a la diputada PRO.
El relato, que algunos medios locales transcriben obedientemente al borde de la esclavitud periodística, deja a Heidi como una malvada al lado de Carolina.
Pero esa no es la verdad. Tratar de torcer la realidad para el lado que le conviene a una parte, que en este caso es una legisladora, resulta vergonzoso y preocupante.
La Municipalidad de La Plata tiene más cámaras que Londres. La ciudad es un verdadero Gran Hermano. No hay esquina que no pueda verse desde el Centro de Monitoreo de La Plata.
<Sin embargo, el compilado de imágenes que enviaron a los medios es corto como patada de chancho, y absolutamente tendencioso.
Es de esperar que la Justicia tenga el valor de pedir más y mejores imágenes, y que la suerte la acompañe a que “los protectores amarillos” le envíen algo más completo y claro.
Acá hubo claramente un abuso por parte de la funcionaria y su esposo, y deben rendir cuentas claras a la justicia y a toda la sociedad.
Cuando fue electa diputada, Carolina Píparo asumió una responsabilidad aún mayor que el resto de los ciudadanos, y tratar de esquivar a la justicia usando su poder es de una bajeza moral y ética inaceptable.
<La versión municipal de los hechos
1.40 AM: Carolina Píparo y su marido Juan Ignacio Buzali se dirigen a la casa del suegro en calle 47 entre 15 y 16, para dejarlo tras pasar las fiestas de fin de año.
En el lugar, bajan su esposo y el suegro. Mientras Carolina espera en el auto, es abordada por 6 delincuentes a bordo de tres motocicletas, quienes estaban armados y le robaron la cartera y el celular.
Tras la huida de los delincuentes Piparo formula la denuncia al 911.
2 AM: Llega la Policía a la casa. En el lugar se labró un acta y le solicitan que vayan a la Comisaría Primera para realizar la denuncia (calle 53 y 10).
<En camino a la Comisaría, se encuentran nuevamente con las motos de los presuntos delincuentes en calle 13 y 47. Comienzan a seguirlos y llaman nuevamente al 911, para que la Policía logre dar con el paradero de los asaltantes.
En calle 21 entre 38 y 39, se sienten encerrados por las motos y desesperados por evitar ser víctimas nuevamente de un robo, buscan escapar de la escena, y chocan a uno de los motociclistas.
Comienzan a ser perseguidos por las demás motos, por lo que Píparo y su esposo buscan dirigirse a un puesto policial donde poder estar a salvo.
Llegan a Plaza Moreno y bajan del auto en un control policial, seguidos por los motociclistas.
En el lugar interviene personal policial y de fuerzas de seguridad y control ciudadano del municipio. Quienes logran controlar la situación.
<Secuencia de las cámaras de seguridad de la Municipalidad de La Plata, que filmaron la recorrida de Carolina Piparo y los presuntos motochorros:
En el primer video se observa el automóvil de Piparo detrás de las motos transitar por las siguientes calles:
- 9 y 49 (Horario 02:59 - 01/01/2021)
- 9 y 47
- Diagonal 74 e 9 y 46
- 11 y 46
- 11 y 44
- Diagonal 77 e 11 y 41
- 19 y 38
En el segundo video se observa que las motos siguen al automóvil de Piparo, por las siguientes calles:
- Diagonal 73 e 22 y 41 (Horario 03:09)
- Diagonal 73 e 21 y 42
- 19 y 44
- Diagonal 73 y 16
- 12 y 54 (Horario 03:16)
Las imágenes aportadas por el Centro de Operaciones y Monitoreo de la Secretaría de Seguridad de la Municipalidad de La Plata, fueron aportadas a la Justicia para la investigación del caso.
NI LA NOBLEZA, NI CAROLINA, NI YO
Nadie tiene el dolorómetro para cuantificar que muerte es más lacerante. Los que perdimos un padre, un hijo, alguien querido por la violencia delictual asimilamos esa tragedia de diferentes modos.
De lo que si estoy convencido que cualquier circunstancia que nos meta en esa situación espantosa no nos convierte en mejores ni peores personas. El dolor es tan de uno que lo manifestamos como podemos.
No escribo estas palabras para descuartizar a Carolina ni mucho menos. Su dolor por la pérdida de un hijo es el mio. Pero, si lo hago para terminar con esa impronta de "superioridad moral" que a veces padecemos aquellos que lamentablemente sufrimos la pérdida de un ser amado.
No tenemos "sangre azul". No tenemos prerrogativas y por el contrario si ocupamos un lugar de trascendencia ante la sociedad debemos hasta dar el "ejemplo".
Si el "ejemplo". Si intentamos burlar la ley que tanto reclamamos ante nuestra tragedia no vamos "por el buen camino".
La violencia es detestable en cualquiera de sus manifestaciones pero quizá la peor de todas es la que irremediablemente incorporamos cuando creemos que lo que nos pasó hace un tiempo nos da "carta blanca" para sentirnos "poderosos".
Ni la Nobleza de antaño, ni Carolina, ni yo tenemos sangre Azul, es roja, la de la vida que también nos enseña aunque cueste aprenderlo a decir…perdón, me equivoque.