El Régimen de Transparencia Fiscal surge como una respuesta a la demanda de mayor claridad en el sistema tributario. Ahora, los consumidores podrán visualizar cuánto pagan en impuestos, promoviendo una relación más directa entre ciudadanos, empresas y el Estado. Según ARCA, esta iniciativa busca empoderar al consumidor y fomentar la conciencia fiscal, aunque su impacto real dependerá de su implementación.

La medida es celebrada por sectores como la Cámara de Distribuidores Mayoristas, que la califican como un avance hacia un sistema fiscal más equitativo. Sin embargo, no han faltado críticas: ¿realmente el desglose ayuda al ciudadano promedio o termina siendo un dato más que no cambiará su experiencia de compra?

Además, algunos cuestionan si exponer impuestos es suficiente para corregir los problemas estructurales del sistema tributario o si es simplemente una estrategia simbólica. El consumidor ve los números, pero ¿qué poder tiene para exigir cambios?

El Régimen de Transparencia promete extenderse a pequeños contribuyentes y publicidades en góndolas, lo que plantea un desafío logístico. Si bien puede generar conciencia, también podría aumentar la burocracia en un contexto económico ya complejo.

La verdadera pregunta es si esta medida, en lugar de generar transparencia, no está desviando la atención de problemas más profundos del sistema tributario, como la evasión o la regresividad de ciertos impuestos.