La Generación Z está redefiniendo la manera de alimentarse: el 64% de los jóvenes de 18 a 24 años sigue consejos nutricionales que encuentra en redes sociales, priorizando el consumo de proteínas sobre el disfrute de sus comidas. Según un estudio de Warburtons, esta tendencia hace que casi un cuarto de sus elecciones diarias no sean placenteras, enfocándose más en lo “saludable” que en el sabor.

Aunque la preocupación por una dieta equilibrada es positiva, el 40% de estos jóvenes admite no saber qué se ajusta realmente a una alimentación equilibrada. Esto refleja una paradoja: buscar lo “mejor” para el cuerpo, pero sin el conocimiento suficiente para lograrlo, dejando de lado el placer que debería acompañar cada comida.

La atleta Mary Earps, embajadora de la campaña, resume el desafío: “Comer bien no debe significar renunciar al disfrute”. Este mensaje cobra relevancia cuando los expertos advierten que centrado en proteínas, como licuados o suplementos, puede derivar en deficiencias de carbohidratos y fibra, esenciales para un desarrollo saludable.

El equilibrio entre salud y placer no solo es posible, sino necesario. Alimentarse de forma consciente no implica sacrificar el sabor: optar por preparaciones simples y deliciosas, como unas galletas de avena ricas en proteínas, puede ser el punto medio que tantos jóvenes necesitan.