A veces, los municipios parecen dormirse en los laureles de unas pocas familias, como si el futuro estuviera predestinado a repetirse entre apellidos conocidos y estructuras políticas anquilosadas.

Así pasó en Vicente López, primero con el “Japonés” García y luego con un PRO que administró el municipio como si de una franquicia familiar se tratara.

Sin embargo, hoy se respira un aire distinto: las voces que claman por una gestión más pequeña, menos burocrática y con mayor libertad para emprender se alzan con fuerza.

Es como si un soplo de viento rompiera la quietud del status quo, anunciando el comienzo de otra historia.

En nuestro conversatorio con el concejal Luis Palomino—mente creativa y motor de iniciativas para la generación de empleo—surgieron ideas que dibujan un nuevo mapa para Vicente López.

Reducir impuestos y achicar la carga del Estado son, en esencia, actos de liberación: cuando el ciudadano deja de sentir el peso de una burocracia que asfixia, florece la libertad de crear, soñar y emprender.

Esto no es solo política: es filosofía de vida. Una apuesta por el individuo y su capacidad de construir comunidades fuertes cuando no tiene sobre sí el yugo de aparatos políticos inflados.

La Libertad Avanza encarna esa llama que cuestiona los cimientos de la vieja política, tanto kirchnerista como macrista.

En estos tiempos, creer en el potencial del vecino y apostar por la dignidad del trabajo son gestos revolucionarios.

Puede parecer un cliché, pero la verdad es que romper con lo conocido asusta y emociona a la vez; es el vértigo de saltar al vacío confiando en que nuestras alas—esas alas hechas de innovación, coraje y espíritu emprendedor—se desplegarán a tiempo.

Por eso, Vicente López hoy le baja el pulgar al viejo juego de la política de siempre, harta de las mismas caras y las mismas recetas.

Con Luis Palomino, La Libertad Avanza se hace oír con un mensaje que late con fuerza: menos Estado, menos impuestos y más eficiencia gubernamental.

Cuando el cambio es sincero y nace de la búsqueda de un bien común, no hay aparato que pueda frenarlo.

La revolución liberal liderada a nivel nacional por el presidente Milei demuestra que hay otro camino: se puede gobernar con cuentas más austeras, liberando las energías de la sociedad y respetando el proyecto de vida del otro.

Quien escucha atentamente, percibe el rumor creciente de un pueblo que ya no tolera ser espectador pasivo de los caprichos políticos.

Esa misma gente que anhela trabajar dignamente y ver crecer a sus hijos en un municipio próspero y libre.

Al final, todo se reduce a una verdad filosófica sencilla: cuando el individuo recupera la responsabilidad sobre su propia vida, la comunidad florece.

Esa es la libertad que avanza por las calles de Vicente López, llamando a la puerta del porvenir con un nuevo lenguaje de oportunidades.

Hoy, más que nunca, reducir la intervención estatal no significa abandonar al ciudadano, sino devolverle su poder.

No es casualidad que muchos vecinos estén volteando la mirada hacia este nuevo horizonte. La libertad, cuando asoma, inspira y empuja.

Y quizás ahí resida el secreto mejor guardado de toda revolución: el cambio no empieza en un decreto, ni en un cargo, ni en un apellido.

Empieza en cada uno de nosotros, con la firme convicción de que el pasado no tiene por qué ser el punto final de nuestra historia.

Hoy, Vicente López se atreve a soñar con una gestión que abrace la libertad. Y ese sueño, señores, está más vivo que nunca.

Fernando Arrieta vive en la provincia de Buenos Aires es un reconocido auditor internacional, director regional de un organismo que ha otorgado más de 20.000 certificaciones a nivel global y columnista en prestigiosos medios, donde escribe sobre normas ISO, ciberseguridad y eficiencia gubernamental.

Activo en política desde 2006, ingresó a la militancia de la mano de su abuelo, Alberto Brito Lima, histórico peronista de derecha que en los años 70 combatió la infiltración de la izquierda en el justicialismo.

Hoy, como parte de La Libertad Avanza, Arrieta impulsa una profunda renovación de la función pública, enfocada en la transparencia, la modernización y la gestión responsable de los recursos del Estado.