Cómo Tapia no va a defender el "voto", si gracias a estos, el mafioso dirigente logró lo imposible: más votos que votantes para llegar a la AFA (el famoso 38 a 38). "Vivan los votos (pero comprados)" gritaba eufórico en su mansión, luego de lograr que los sobres llenos lleguen a las personas correctas. Ahora, la guerra no se gana con sobres, sino con amenazas y aprietes a quienes quieran tomar un nuevo rumbo de crecimiento.

La primera crítica a las famosas SAD es que el dueño del club puede robarse todo, llevarlo a la quiebra e irse, dejando a miles de hinchas sin su mayor pasión, sin su primer amor, sin el club de sus amores. El problema es que en el modelo actual, también pasa eso con algunos presidentes, sólo que el hincha puede hacer algo y sacarlo de su cargo antes de que sea tarde.

Un gran ejemplo es el Racing de Lalín, quién endeudó al club a tal punto que el 13 de julio de 1998, declaraba la quiebra del club y, el 4 de marzo de 1999, Liliana Ripoll anunciaba que Racing Club había dejado de existir. Esto no lo hizo una Sociedad Deportiva, lo hizo un presidente electo. Irónicamente, quién salvó a Racing fue, con ayuda del entonces vicepresidente Ruckauf, la empresa Blanquiceleste, una Sociedad Anónima, una empresa privada, esas mismas que hoy la AFA prohíbe. Gracias a la empresa, los hinchas puderon volver al amor de su vida.

Entonces; ¿Cuál es el problema del "Chiqui mafia" con las SAD? No es que defienda a los clubes libres y del hincha, sino que defiende el interés económico. Un club manejado por un grupo empresario sería más independiente, ya que no tendría que chuparle las medias a Claudio para neociar los derechos televisivos, por ejemplo. Tampoco tendría que negociar con él para que los árbitros no le cobren en contra, ya que lo haría directamente con los "referis". Y si seguimos enumerando, la nota no terminaría.

Ahora, ¿Cómo entran las apuestas deportivas en esto? Sencillo: los arbitrajes no siempre son lamentables por "fallos humanos", eso lo sabemos todos, no hace falta aclararlo. Muchas veces, que un equipo por el que nadie da nada le gane a River o Boca (por ejemplo) es muchisima plata, ya que en las apuestas, siempre van a ser favoritos los más grandes. Que pierda el Xeneize o el Millonario contra Barracas (club que llegó robando descaradamente en todas las divisiones) paga más del triple o cuádruple que si vencieran. Si apuesta 1 millón, ganaría entre 3 y 4, lo que hace brillar los ojitos de Claudio, incluso más que ayudar a su amado equipo.

Los ejemplos sobran, pero creo que el punto está aclarado. Cómo hincha, no quisiera que mi club tenga un dueño que no sean los socios, pero tampoco quiero seguir siendo asaltado a mano armada en cada partido por árbitros cínicos y una AFA que sólo tiene una cosa en la cabeza: ¿Quién da más?.