Un nuevo informe de la consultora exQuanti, basado en datos oficiales del INDEC, ha encendido las alarmas sobre la grave situación de pobreza e indigencia en Argentina. Según el estudio, si no se hubieran mantenido los planes sociales, un alarmante 24,7% de la población argentina se habría sumido en la indigencia durante el primer trimestre de 2024.
Los datos revelan un incremento significativo de la pobreza y la indigencia en comparación con los trimestres anteriores, tanto en términos absolutos como relativos. Si bien los planes sociales han logrado mitigar el impacto de la crisis, la situación sigue siendo crítica, especialmente para los niños y adolescentes, quienes representan el grupo más vulnerable.
El Observatorio de la Deuda Social de la UCA corrobora esta tendencia, indicando que el 62,9% de los niños y adolescentes viven por debajo de la línea de pobreza, y el 16,2% en situación de indigencia. Estas cifras son las más altas registradas desde 2010 y reflejan un deterioro profundo en las condiciones de vida de los más jóvenes.
El estudio de la UCA destaca que el aumento de la pobreza e indigencia se debe a diversos factores, entre los que se encuentran la pérdida de poder adquisitivo, el desempleo y la informalidad laboral. Además, la pandemia de COVID-19 ha agravado la situación, profundizando las desigualdades existentes.
La Canasta Básica Alimentaria (CBA), que establece el piso de la indigencia, y la Canasta Básica Total (CBT), que define el piso para medir la pobreza, han experimentado un aumento significativo en los últimos años, lo que dificulta cada vez más que las familias puedan cubrir sus necesidades básicas.