El martes 13 de abril de 1993, el hemisferio sur fue testigo de una de las mayores oleadas de tornados jamás registradas en la historia. Este evento catastrófico afectó principalmente a Argentina, Uruguay y Brasil, causando la muerte de más de 100 personas y dejando a miles sin hogar.
La oleada de tornados comenzó temprano en la mañana del 13 de abril, cuando un sistema de tormentas se desarrolló sobre el centro de Argentina. La combinación de la humedad del océano y la energía solar creó una situación de alta inestabilidad atmosférica presente favoreció el desarrollo de las tormentas. A medida que el sistema se desplazaba hacia el este, los vientos se volvían más intensos y se producían más tornados.
Los tornados eran extremadamente violentos, con vientos que superaban los 300 km/h en algunos casos. Las casas y edificios fueron arrasados, los vehículos fueron lanzados a través de los aires y los árboles fueron arrancados de raíz. En algunos casos, los tornados se extendieron a lo largo de varios kilómetros, creando un sendero de destrucción en su camino.
Esta zona es donde climatologicamente se registran tornados. En estas áreas, destacadas en 3 categorias (bajo, media, alta: amarillo, naranja y rojo, respectivamente)
La ciudad de Dolores, en Uruguay, fue una de las más afectadas por la oleada de tornados. En cuestión de minutos, la ciudad quedó completamente destruida, con cientos de casas y edificios reducidos a escombros. Los hospitales y las escuelas también fueron gravemente dañados, lo que dificultó los esfuerzos de rescate y ayuda.
En Argentina, la ciudad de San Nicolás fue una de las más afectadas. Los tornados causaron la muerte de al menos 70 personas y dejaron a miles sin hogar. La ciudad quedó sumida en el caos, con carreteras bloqueadas y líneas eléctricas derribadas. Los equipos de rescate lucharon por llegar a las zonas afectadas, debido a la destrucción causada por los tornados.
En Brasil los tornados se desarrolaron principalmente con el estado de Rio Grande do Sul. Las ciudades de Santa Rosa y Candelária fueron las más afectadas, con al menos 14 muertes y numerosos heridos. Los tornados también causaron daños graves en las zonas rurales, con granjas y cultivos arrasados por la fuerza de los vientos.
La oleada de tornados fue una de las peores catástrofes naturales que han afectado a esta región en la historia moderna. Las autoridades locales y los equipos de rescate trabajaron arduamente para proporcionar ayuda y asistencia a los afectados. Las organizaciones internacionales también brindaron apoyo y ayuda financiera para ayudar a reconstruir las áreas afectadas.
Sin embargo, la recuperación fue lenta y dolorosa para todos. Muchas personas perdieron a sus seres queridos y vieron sus hogares y comunidades destruidos en cuestión de minutos. La oleada de tornados del 13 de abril de 1993 dejó una cicatriz permanente en la región, y su impacto aún se siente hoy en día.
Los vientos de los tornados bonaerenses llegaron a los 266 kilómetros por hora y causaron cinco muertes. Hubo sesenta heridos, novecientos evacuados y casi cuatro millones de personas se quedaron sin luz. El fenómeno consistió en cinco tormentas muy grandes que se concatenaron cubriendo un frente de cien kilómetros que cruzó la provincia. Cada tormenta iba produciendo tornados de categorías F1 a F3 en la escala Fujita. El recorrido fue de quinientos kilómetros, que quedaron marcados por cinco líneas paralelas de destrucción muy fáciles de seguir.
Los tornados derribaron 56 torres de alta tensión, lo que significó que la quinta parte de la electricidad generada en el país dejó de circular. Hubo que organizar cortes rotativos de corriente de tres horas hasta en las zonas que no fueron directamente afectadas, durante un mes. A esto se sumó la caída de cientos o miles de postes de luz locales, que hubo que reparar. Las localidades más afectadas fueron Henderson, Pehuajó, Bolívar, Urdampilleta, Olavarría, Azul, Tandil, Mar del Plata, Sierra de los Padres y Necochea.
En esas localidades volaron árboles arrancados de raíz, toldos y todo tipo de cartelería. Muchas casas y galpones se quedaron sin techo, el viento arrastró autos por varias cuadras y volcó micros en la ruta. Las vidrieras de la peatonal de Mar del Plata estallaron por el viento y un chico de 16 años murió cuando le cayó un poste encima del auto en el que estaba.
El extraño fenómeno, que no se repitió, ocurrió en el llamado Pasillo de los Tornados, cuya porción argentina incluye Cuyo, la región pampeana y todo el NEA. Desde 1930, el Registro de Tormentas Severas lleva contabilizados 653 tornados.
Fuente: PrimeraPagina.info; LaMovidaplatense.com.ar; VisionPolitica.info; CriticaArgentina.com.ar; NoticiasEnsenada.info