La sustancia conocida como “pedra” ha comenzado a hacer estragos en Buenos Aires, tras su ingreso al país desde Brasil en mayo de 2023. Aunque su origen está en Misiones, su consumo se ha extendido a barrios del conurbano y la Ciudad de Buenos Aires, convirtiéndose en un problema alarmante entre los jóvenes.
El desconocimiento acerca de la “pedra” por parte de las fuerzas de seguridad y autoridades ha llevado a confundirla con otras drogas como el Paco y el Crack. Sin embargo, su naturaleza altamente adictiva y mortal, ha generado preocupación, siendo clasificada en Estados Unidos como "la droga de los zombis".
La “pedra” se produce mediante la mezcla de cocaína en polvo con bicarbonato, creando un sólido que se consume principalmente fumado. Con un costo de entre AR $500 y AR $1.500 por dosis, su distribución se ha visto facilitada por el tráfico ilegal de cocaína desde Bolivia y Paraguay.
El consumo de “pedra” tiene efectos devastadores en la salud, que van desde daños cardiovasculares hasta trastornos mentales severos. La adicción se vuelve rápida, especialmente entre jóvenes de 18 a 35 años, pero también afecta a adolescentes y adultos mayores.
La pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades son factores que impulsan a muchos a buscar en las drogas una vía de escape. La presión social y problemas de salud mental también contribuyen al creciente uso de la “pedra” en la población.
A pesar de las alertas sobre esta crisis social, las reacciones de los funcionarios han sido ineficaces. La falta de un esquema de seguridad preventiva y el desconocimiento sobre la “pedra” impiden una respuesta efectiva a esta problemática que se expande a ritmo de pandemia.