Podría decirse que los vínculos personales atraviesan un momento complicado. En tiempos donde lo que prima es la inmediatez y la consecución de los objetivos personales, planificar una vida de a dos puede ser más difícil de lo que parece.
Es cierto que las posibilidades que brinda hoy la tecnología colaboran en fomentar la “cercanía”, pero si de dos personas que se aman y tienen un proyecto de vida se trata, el romance puede verse perjudicado.
Un estudio reciente halló que “se divertían más entre sí, tenían mejores conversaciones, estaban más enamoradas, más dedicadas, menos hostiles, se sentían menos atrapadas y menos propensas a separarse que las parejas que regularmente pasan tiempo juntas”.
La licenciada en Psicología María Laura Santellán (MN 18841) comenzó a analizar que “como en muchos aspectos de las relaciones, si es presencial o a la distancia también cambió el formato. Las relaciones epistolares siempre existieron, y siempre se buscó el recurso de estar conectados como una forma de acercamiento para acortar distancia”.
Y tras asegurar que “las relaciones a distancia tal como solían presentarse en el siglo pasado, o principios de este siglo, motivadas por las guerras o las emigraciones de familias por cuestiones económicas ya no existen más”, la especialista destacó que “hoy la posibilidad de la separación es más temporal y es en función de un bienestar en el aquí y ahora”.
“La realidad es que en un momento de la humanidad en que cumplir con los sueños de la propia existencia, de la propia vida es tan importante, a veces las parejas deben adaptarse a esto y tienden a priorizar proyectos personales a los de pareja, o por lo menos se ponen los proyectos de pareja en una segunda instancia y para eso es necesario que las parejas se separen al menos temporalmente -opinó la especialista-. Creo que se vive de una manera más relajada, con este carácter de temporal”.
Para ella, “en principio las parejas buscan salvar las distancias con toda la posibilidad de comunicación online que existe, pero obviamente eso no quita que la sexualidad de una pareja y el contacto físico y el compartir momentos se vea afectado por la distancia; es inevitable que el formato de la relación cambie por más que la comunicación sea asidua y cotidiana”.
Acerca de cuáles son las claves para sostener este tipo de relaciones en el tiempo, la licenciada en Psicología Lorena Ruda (MN 44247) consideró que “las relaciones a distancia son posibles pero dependerá de cada persona cómo sobrellevarla así como también de cuánta distancia se esté hablando, ya que de esto dependerán las visitas presenciales que la pareja tenga”.
“Muchas veces tener la pareja a distancia genera cierto ‘alivio’ por poder manejarse en la cotidianeidad con más libertad y que no haya que decidir entre un plan y la pareja, sin embargo, en muchos casos hay personas que los fines de semana sienten un vacío enorme y sienten soledad pese a estar en pareja e incluso teniendo planes con amigos/as”, destacó Ruda en diálogo con este medio.
Sobre las discusiones o desencuentros entre dos personas que mantienen una relación a distancia, sostuvo que “en ocasiones discutir a la distancia puede ser complicado porque la reconciliación generalmente necesita del contacto, del abrazo, el beso, el compartir algo de la cotidianidad que dé cuenta que la tensión cedió”. “Estando lejos, quizá el sabor amargo dure un poco más y amerite más charla que a veces hasta puede empeorar la situación aunque en otras sea necesaria para aclarar y seguir adelante”, enfatizó.
- ¿Cómo es posible achicar las distancias?
- Ruda: Para que la relación funcione es necesario que existan encuentros en persona para que la pareja se viva como “real” ya que sino la virtualidad pasa a ser el escenario principal y en algún momento puede aburrir a alguno de los integrantes. También puede empezar a sentirse “la obligación” de sostener la comunicación, incluso la sexualidad, mediante las videollamadas y esto, pasado el tiempo, genera cierto desgano y la sensación de que puede no ser suficiente.
- Santellán: Creo que las parejas actuales contemplan la posibilidad de estar separados temporalmente con el objetivo de cumplir con aspectos personales que les son vitales, pero me parece, según mi experiencia clínica, que las parejas buscan que estas separaciones sean temporarias y que no sean tan extensas. Si la situación en cuanto al tiempo de separación se vuelve más prolongada a veces se suelen pautar separaciones temporales para no generar el estrés de sostener la relación activa a pesar de la distancia, sobre todo eso se ve en las parejas más jóvenes.
- ¿Qué hacer si ante un primer encuentro en persona las cosas no fluyen como se pensaba?
- Ruda: Es posible que en un principio cuando se dan los encuentros en persona la situación fluya, la pareja se encuentra feliz de reencontrarse y disfrutarse y se vivan como “escapaditas juntos” donde la pareja tiene exclusividad y las ganas de verse y compartir es lo principal. Pero a medida que pase el tiempo puede pasar que los reencuentros pierdan un poco su magia. Quizá porque se espacian más los encuentros, quizá porque hubo discusiones que son difíciles de reconciliar a la distancia. Y así los encuentros pueden pasar a ser “puestas a prueba” de si la relación funciona o no y quizá sea momento de un cambio, que podrá ser tener proyectos juntos, promover más encuentros. Va a depender de cada pareja y cada persona.
- Santellán: Cuando los encuentros se concretan en una pareja que ha estado separada un tiempo suelen ser bastante fluidos en cuanto la cotidianeidad no se perdió con la comunicación actual (no es lo mismo recibir una carta al mes que compartir videollamadas a diario). Ahora bien, eso no quiere decir que haya un sentimiento de extrañez, pero suele ser breve y transitorio y se retoma pronto el ritmo de la “presencialidad” como si no hubiera existido distancia; eso cuando la pareja está fluida y pasando por un buen momento.
Las distancias en general son de corto o mediano plazo, las a largo plazo ya no se estilan, por lo menos en una pareja de dos. Tal vez si se cambia el estatus de la relación o se plantea un vínculo abierto, ahí sí tal vez se puede pensar en distancias más prolongadas.
Gary W. Lewandowski Jr. es profesor de psicología en la Universidad de Monmouth en Nueva Jersey y autor de Stronger Than You Think (Más fuerte de lo que piensas), y junto con otros expertos en relaciones establecieron para un artículo de la revista Newsweek los cuatro errores clave que se deben evitar cuando se está enamorado a larga distancia.
Anthony Chambers, psicólogo clínico y director académico del Instituto de la Familia de la Universidad Northwestern destacó que es importante mantener la comunicación, así como crear un cronograma y un presupuesto para el tiempo que pasan juntos.
“Una parte importante de las relaciones saludables es poder mantener un buen pulso sobre lo que está haciendo su pareja” durante el día, desde con quién está pasando el rato hasta si está pasando por un momento estresante en el trabajo.
Esto es útil para “crear cercanía mental”, agregó, al tiempo que, en coincidencia con las expertas consultadas consideró que “las actuales plataformas de videollamada hacen que sea más fácil que nunca mantenerse conectado”.
Lewandowski también señaló que estar separados “permite que prospere la intimidad emocional. Pero hay que poner la tecnología a trabajar”.
Las videollamadas y las llamadas de voz, así como los mensajes de texto, generan cercanía y “producen interacciones de mayor calidad que se enfocan en temas más importantes”, dijo.
Marni Feuerman, psicoterapeuta licenciada con sede en Boca Raton, Florida, opinó que uno de los mayores errores es no comunicarse abiertamente cuando están separados y cuando se ven.
Puede ser que alguno de los integrantes sea reacio a ser honesto cuando están cara a cara por temor a que un conflicto pueda arruinar el tiempo limitado que tienen juntos. Mientras que cuando están separados, los malentendidos pueden volverse más probables y es más fácil evitar abordar el problema.
Sobre esto, Feuerman destacó: “Se debe hablar sobre los pensamientos y sentimientos de una manera tranquila y abierta, así como escuchar con curiosidad. Es necesario saber si la relación puede sobrevivir a las rupturas y reparaciones que son una parte normal de cualquier relación”.
Esta honestidad se extiende también a su relación sexual. “Las parejas aún deben dirigir la energía sexual entre sí”, dijo Feuerman, y “ser creativos”. Señaló opciones que incluyen juguetes teledildónicos, juguetes sexuales “inteligentes” que vienen con una función de control remoto, así como “sexo telefónico a la antigua, sexo virtual a través de cámara web, envío de mensajes coquetos, fotos sexys, etc.”.
Las relaciones a larga distancia funcionan mejor cuando la pareja tiene una visión compartida y un conjunto de expectativas sobre cuándo se pondrá fin a la distancia. La ausencia de un plan en este sentido puede generar frustración para una o ambas partes, aseguró Chambers.
Si la distancia se debe a un trabajo, esto es particularmente importante.
La pareja tendrá que entablar conversaciones difíciles sobre quién será la persona que se mudará y deberá buscar un nuevo trabajo
Es un gran error pensar que se sentirá lo mismo una vez que termine la distancia.
Visitar a una pareja durante un fin de semana es una experiencia diferente a verse a diario. Algunas parejas encuentran incómodas las visitas en persona porque estuvieron separados por largo tiempo.
Las relaciones a larga distancia también pueden “sesgar e incluso inflar artificialmente” los sentimientos de cercanía y satisfacción de la relación -según Chambers-. A veces las personas sienten una gran presión para “actuar” y entretenerse en relaciones a distancia, haciendo de cada visita una cita extra especial. Esto puede dar lugar a momentos memorables, pero puede dar lugar a expectativas poco realistas sobre la vida en común a largo plazo.
En este punto, los especialistas coinciden en que “las parejas deben tener en cuenta que una vez que ya no están separados por la distancia, es normal y esperable que la relación se sienta un poco mundana o apagada”.