El desempleo juvenil en Argentina sigue siendo un problema grave. Los jóvenes argentinos enfrentan dificultades para encontrar trabajo formal y estable, con tasas de desempleo e informalidad significativamente más altas que el promedio nacional. Esta situación se agrava por un contexto económico adverso y una falta de políticas públicas efectivas.
Varias factores contribuyen a la crisis laboral juvenil en Argentina. Entre ellos se encuentran la alta inflación, la presión fiscal, la incertidumbre política y la falta de inversión. Además, el país se ha quedado rezagado en la tendencia del nearshoring, que ha impulsado la generación de empleo en otros países de la región.
Las consecuencias de esta crisis son múltiples y afectan a toda la sociedad. La pérdida de empleo registrado se traduce en una disminución del consumo y de la producción, lo que a su vez afecta a la economía en general. Además, la falta de oportunidades laborales para los jóvenes puede generar frustración social y aumentar la desigualdad.