El Banco Central de la República Argentina (BCRA) se enfrenta a un desafío inusual: una sobreabundancia de billetes de 100 pesos que nadie quiere. Las entidades bancarias están viendo cómo sus bóvedas se llenan de fajos de billetes desgastados y sin valor real, generando un problema logístico y económico sin precedentes.
Ante la falta de espacio, los bancos han tenido que acondicionar depósitos adicionales para almacenar estos billetes, a los que irónicamente han denominado "sarcófagos". Estos depósitos, repletos de billetes que han perdido gran parte de su poder adquisitivo, representan un costo significativo para las entidades financieras.
La inflación ha erosionado el valor de los billetes de 100 pesos, convirtiéndolos en una moneda prácticamente obsoleta. Además, la pandemia aceleró la emisión de billetes, agravando el problema. Los bancos, al intentar devolver estos billetes al BCRA, se han encontrado con un muro, quedando atrapados con millones de billetes sin uso.
El BCRA ha intentado implementar medidas para solucionar este problema, como permitir a los bancos compensar estos billetes con créditos en sus cuentas. Sin embargo, los costos asociados a la gestión de estos billetes siguen siendo elevados y su uso en cajeros automáticos es prácticamente nulo.
Ante esta situación, los bancos están buscando alternativas para reducir la dependencia del efectivo y promover el uso de medios de pago digitales. Sin embargo, la transición hacia una sociedad sin efectivo llevará tiempo y, mientras tanto, las bóvedas seguirán llenándose de billetes sin valor.
La acumulación de billetes en desuso es un síntoma de los problemas económicos que enfrenta Argentina. La inflación, la pérdida de confianza en la moneda y la falta de políticas claras para fomentar la bancarización son algunos de los factores que contribuyen a esta situación.