El cántito racista de Enzo Fernández sacude al fútbol global: más que palabras, se necesita justicia real
Enzo Fernández, el mediocampista de la Selección Argentina, se vio envuelto en una tormenta de controversia tras una transmisión en vivo en Instagram durante la celebración de la Copa América. La grabación, que inicialmente parecía un simple festejo, se convirtió en un escándalo global cuando Fernández y sus compañeros comenzaron a cantar una canción abiertamente racista.
La letra, que incluye versos como "juegan en Francia pero son todos de Angola" y "su vieja es nigeriana, su viejo camerunés, pero en el documento nacionalidad francés", claramente dirigida a Kylian Mbappé, no solo desató la indignación de la Federación Francesa de Fútbol (FFF, que ha exigido a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) una explicación inmediata), sino que también llevó a la FIFA a abrir una investigación sobre el asunto.
En el ámbito del Chelsea, donde Fernández juega, la reacción fue inmediata y contundente. Jugadores como Wesley Fofana y otros compañeros franceses en el club no dudaron en expresar su repudio en redes sociales y dejar de seguir al mediocampista. Este rechazo también fue respaldado por Jules Koundé, del Barcelona, generando presión adicional sobre el jugador y el club.
A pesar de que Fernández se disculpó públicamente, el daño ya está hecho. Nicholas Jackson, senegalés y compañero de Fernández en el Chelsea, así como Rodrigo De Paul de la Selección Argentina, intentaron apoyar al mediocampista, pero las sanciones que podrían enfrentarse son severas. Según el Código de Ética de la FIFA, Fernández podría enfrentar una multa de al menos 10,000 francos suizos y una prohibición de hasta dos años para participar en actividades relacionadas con el fútbol. Además, el Código Disciplinario de la Conmebol prevé una suspensión mínima de cinco partidos o dos meses, con posibilidad de extensión a nivel mundial, mientras que la FA inglesa podría imponer entre 6 y 12 partidos de suspensión, además de cursos obligatorios y multas.
La situación ha generado un debate encendido sobre el racismo en el deporte, con algunos cuestionando si las sanciones serán lo suficientemente severas. La camiseta de la Premier League con el lema "No room for racism" parece una ironía cruel en este contexto, y el caso de Fernández podría convertirse en un punto de inflexión en la lucha contra la discriminación en el fútbol. A medida que los procedimientos avanzan, la comunidad futbolística observa atentamente, preguntándose si este escándalo servirá de advertencia o simplemente se sumará a una larga lista de promesas incumplidas en la batalla contra el racismo.