El consumo de carne vacuna en Argentina cae a niveles históricos
El consumo de carne vacuna en Argentina continúa su caída, alcanzando un mínimo histórico de 47,2 kilos por habitante al año. Este dato, correspondiente al periodo enero-octubre de 2024, marca una disminución del 11,2% respecto al mismo periodo del año anterior y se convierte en el punto más bajo en casi tres décadas. La alta inflación y la pérdida de poder adquisitivo han dejado a la carne en un lugar cada vez más inaccesible, siendo reemplazada por opciones más baratas como el pollo y el cerdo.
A pesar de la caída interna, la industria frigorífica logró aumentar la producción en octubre de 2024, alcanzando cifras récord en exportaciones. Con un repunte del 12% en las exportaciones de carne, Argentina se mantiene como uno de los principales proveedores a nivel mundial, aunque los precios de exportación siguen por debajo de los niveles de 2023. China, aunque sigue siendo el principal destino, ha disminuido su participación, mientras que países como Israel y Estados Unidos aumentan sus compras.
En este contexto, los datos reflejan una tendencia preocupante para el consumo interno. La recuperación de los ingresos no parece vislumbrarse a corto plazo, y se estima que la demanda de carne no repuntará hasta principios de 2025. Esta situación plantea un desafío estructural para la industria, que debe adaptarse a un mercado local cada vez más reducido, mientras busca aprovechar al máximo las oportunidades internacionales.
El futuro de la carne vacuna en Argentina depende de cómo se logre equilibrar la producción para el mercado interno y las crecientes exportaciones, sin olvidar la sostenibilidad del sector frente a los efectos del cambio climático y la crisis económica.