“Vení, vení, bailá conmigo, que un amigo vas a encontrar, sin policías ni militares, la dictadura se va a acabar…”, se cantó en el Bosque el 4 de diciembre de 1982. Allí, la gente estalló contra la cúpula militar, que realizaba un acto para homenajear a los excombatientes del Comando de la X Brigada de Infantería Mecanizada “Teniente General Nicolás Levalle” (Regimiento 7, entre otros). En el Juan Carmelo Zerillo, la sociedad platense en general y tripera en particular bramó contra el gobierno de facto.
La ceremonia y los incidentes
Una salva de bombas, la entonación del Himno y el oficio de una misa de campaña, dieron inicio al acto de entrega de diplomas y medallas a los excombatientes. Era de mañana. Por la tarde, Gimnasia jugaba de visitante contra Deportivo Italiano por los cuartos de final del octogonal de ascenso y fue sin dudas una jornada especial. El sol radiante y el verde césped recibieron a los 2384 pibes de la X Brigada que habían vuelto de Malvinas, todos juntos esperaban formados, a la vista de unas 4 mil personas en las tribunas de madera del Estadio Juan Carmelo Zerillo.
La ceremonia fue presidida por el entonces general Juan Carlos Trimarco del 1° Cuerpo de Ejército, precedido por su segundo al mando el general Julio Fernández Torres (quien se convirtió con la vuelta a la democracia en el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas). Asistió también el interventor de la provincia de Buenos Aires, Jorge Rubén Aguado; el interventor de la ciudad de La Plata, Abel Román; el jefe de la Policía Bonaerense, Fernando Verplaetsen; el comandante de la décima brigada, Alberto Ramón Schollaert y el director de la Escuela Naval Militar, contraalmirante Mario Palet, entre otras autoridades civiles y militares.
“Paredón, paredón, para los milicos que robaron la Nación”. Detallan los diarios “El Día” y “La Prensa” que al producirse los primeros discursos de los militares, las familias de los excombatientes comenzaron a silbar, abuchear y a entonar canciones contrarias al gobierno militar: “Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar”; “Ahí están, ahí están y en las islas se volvieron para atrás”; “El que no salta es un militar”; “Vení, vení, bailá conmigo, que un amigo vas a encontrar, sin policías ni militares, la dictadura se va a acabar…”.
Con los cánticos de fondo, cientos de excombatientes y sus familias comenzaron a abandonar el estadio dejando la ceremonia inconclusa. Se produjeron algunas peleas entre los jóvenes y sus oficiales, al poco tiempo el lugar quedó prácticamente vacío, a excepción de las autoridades.
Gimnasia y Malvinas: 40 años
El pasado sábado 2 de abril la Subcomisión de Cultura del Club estrenó un documental sobre la estrecha relación entre Gimnasia y Malvinas. En el mismo dieron testimonio tres integrantes de nuestra filial de excombatientes, ellos también hablaron sobre el acto del 4 de diciembre.
Walter Acevedo recordó: “El acto se cortó por la bronca que teníamos nosotros por lo que nos habían hecho. Yo tenía un año y medio de colimba, había pibes clase 63 que fueron sin instrucción a Malvinas”.
Por su parte, Roberto Ruiz comentó: “Si lo trasladara al 2022 no hubiera estado, era otra mi visión, hoy no participaría de un acto de los militares ni loco… lo que más me acuerdo es que estaba en mi cancha” .
“Nos empezamos a desbordar, estábamos contenidos por estar en el régimen militar, pero de a poquito el ambiente se fue caldeando. En ese momento tome una mala decisión al haber asistido, tanto yo como la mayoría de mis compañeros”, completó.
Finalmente, Walter Stefenón agregó: “Vinimos pensando que iba a ser un reconocimiento y resultó ser un acto más de los milicos, reivindicando la guerra, lo que habían hecho”.
“En un momento la gente que estaba en las tribunas empezó a silbar, a insultar, a hacer lío feo… veíamos a nuestros familiares, los milicos estaban nerviosos, hasta que en un momento uno dijo ‘nos vamos, nos vamos’ y nos fuimos todos; así fue como salimos todos por la cancha auxiliar”, finalizó.
Este rechazo general de la sociedad platense al gobierno militar, se enmarcó dentro de la crisis terminal que sufrió el gobierno luego de la derrota en Malvinas. Si bien la situación económica era muy mala, el conflicto bélico fue sin lugar a dudas el punto final que propició el retorno a la democracia. Que las familias hayan actuado como lo hicieron esa mañana no deja de ser un hito en la historia de la ciudad, así también lo reflejaron los diversos medios periodísticos, el rechazo generalizado y los incidentes producidos en la cancha de Gimnasia se sumaron a tantos otros episodios que venían ocurriendo desde hace varios meses. El fin de los militares era prácticamente un hecho.
Genocidas, presentes
En aquella jornada varios genocidas se hicieron presentes, algunos lograron ser procesados, otros murieron impunes:
Juan Carlos Trimarco: a comienzos del golpe militar en marzo de 1976 fue designado interventor de la provincia de Entre Ríos. En el Ejército se desempeñó como coronel, comandante y general de división. En 1983 fue enjuiciado en la Causa II Cuerpo de Ejército. Los indultos de Carlos Menem en 1989 le otorgaron la libertad, murió impune en diciembre de 2012 a los 87 años. Su nombre está ligado en la actualidad a múltiples causas de delitos de lesa humanidad, especialmente mientras era la máxima autoridad en Entre Ríos.
Fernando Verplaetsen: fue jefe de inteligencia del Estado Mayor del Comando de Institutos Militares entre 1976 y 1977; en el ejército llegó a ser coronel. En 2010 fue condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad, falleció en prisión en 2015.
Alberto Ramón Schollaert: imputado por delitos de lesa humanidad mientras se desempeñaba como jefe de Cuartel del Regimiento 6 de Mercedes, se lo vincula a 37 desapariciones de militantes del PRT-ERP, Juventud Guevarista y Partido de los Trabajadores Socialistas.
Mario Pablo Palet: fue contralmirante y director entre 1981-1982 de la Escuela Naval Militar, como tal lidero grupos de tareas. En 2012 fue embargado y procesado por su actividad en la ESMA, posteriormente por dicha causa fue enjuiciado a 8 años de prisión.
(*) Socio de Gimnasia. Integrante del Departamento de Historia y Museo del Club. Alumno de Historia.
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