En las bulliciosas calles de Mumbai, un hombre ha construido una vida inusual. Bharat Jain, conocido como el mendigo más rico de la India, ha acumulado una considerable fortuna pidiendo limosna. A pesar de su riqueza, continúa viviendo en la calle y pidiendo dinero.
Jain comenzó a mendigar desde joven como una forma de sobrevivir. Con el tiempo, esta actividad se convirtió en una fuente de ingresos estable y lucrativa. Gracias a su ingenio y perseverancia, logró adquirir propiedades y generar una riqueza que supera con creces el promedio en la India.
La historia de Jain revela una faceta poco conocida de la mendicidad en India: una actividad que, en algunos casos, puede generar ingresos significativos. Muchos mendigos en las grandes ciudades indias han desarrollado estrategias para maximizar sus ganancias, convirtiendo la mendicidad en una especie de negocio informal.
La historia de Bharat Jain plantea interrogantes sobre las desigualdades sociales y económicas en la India. Por un lado, es una historia de superación y resiliencia, pero por otro lado, también refleja las profundas brechas entre ricos y pobres.
La decisión de Jain de continuar mendigando a pesar de su riqueza ha generado un intenso debate. Mientras algunos lo admiran por su ingenio, otros critican su comportamiento, argumentando que explota la compasión de los demás.