Prepárense para abrir bien los bolsillos, porque en las próximas horas los precios de la nafta van a hacer un salto digno de las mejores coreografías de ballet. ¿Por qué? ¡Porque sí! Bueno, no exactamente porque sí, sino por una nueva actualización del impuesto a los combustibles líquidos.

¿Cuánto va a doler? Según los cálculos, mínimo un 8% de aumento. ¡Pero eso no es todo! Algunas petroleras podrían ver ese 8% y pensar: "¿Por qué conformarnos con eso si podemos sacarle un poco más jugo a nuestros queridos conductores?". Así que, no se extrañen si algunos precios suben más allá del 8%, todo en nombre de la rentabilidad, por supuesto.

En Mendoza, por ejemplo, la nafta Súper de YPF te va a mirar con cara de "prepárate para el golpe" cuando alcance los $971, mientras que la Infinia te va a hacer sentir como si estuvieras llenando el tanque con oro líquido cuando llegue a los $1.183. ¡Y solo hace unas semanas que tuvimos el último golpe en abril, un modesto 5% de subida!

¿Y qué hay del gobierno? Bueno, según el Gobierno de Javier Milei, esto es una necesidad fiscal. Sí, claro, porque los impuestos están ahí para hacernos sentir cálidos y acogidos, ¿verdad? Decidieron que mejor hacer el dolor en dosis, así que después de meses de congelamiento, ¡ahora nos toca la cuarta etapa de ajuste! ¿Cuánto? ¡Un 53% más! Ah, pero no se preocupen, que tal vez, solo tal vez, nos dividan el golpe entre mayo y junio. ¿Qué galantería, verdad?

Pero espera, ¡aún hay más! Las petroleras, esas entidades tan preocupadas por nuestra felicidad al conducir, todavía no han anunciado cuánto nos van a hacer sangrar. Seguro están ocupadas decidiendo cuánto más pueden exprimirnos antes de que nos demos cuenta de que podríamos estar pagando con órganos en lugar de dinero.

Así que ahí lo tienen, amigos conductores. Prepárense para abrir los bolsillos, cerrar los ojos y recordar esos días felices en los que llenar el tanque no requería tomar un préstamo. ¡Y todo esto mientras esperamos ansiosos la próxima actualización trimestral para seguir viendo cómo nuestros sueldos se evaporan en el humo de los escapes!