No debe haber otro auto más emparentado con la clase media argentina que el Renault 12. Fabricado en Córdoba, entre 1971 y 1994, acumuló 444.045 unidades y se convirtió en un símbolo de las familias de este país.
Pero hay una unidad en particular que esconde una historia fantástica y materializa el amor que se puede tener por un auto: se trata del último R12 0 km, que fue salvado de la destrucción por los empleados de Renault y que hoy representa todo un símbolo para la fábrica.
El sedán rojo versión TL de 1994 parece detenido en el tiempo dentro de las entrañas de la histórica planta de la compañía francesa, en Santa Isabel, un barrio periférico de la ciudad de Córdoba.
Hoy está puesto en valor por la empresa y ocupa un lugar destacado dentro de las instalaciones de la fábrica. Generalmente está expuesto en el comedor, en donde los operarios van todos los días. Ese podio de honor lo completan el último Clio y el último Kangoo de la primera generación, que juntos son los tres modelos más fabricados por la planta.
Pero la historia del R12 es especial. Miguel Ángel Moledo junto a otros empleados de la fábrica son los custodios de este emblema de la industria nacional.Lo lavan, lo limpian, le mantienen los niveles de fluidos, controlan la presión de los neumáticos, le cargan combustible y le dan pequeños paseos dentro del establecimiento.
Solo por esa razón el modelo no es estrictamente un 0 km. Aunque en la práctica, los 134 kilómetros que indica su odómetro se podrían considerar como rodamiento en fábrica, que, de hecho, literalmente lo es.
Moledo fue uno de los empleados que fue responsable de evitar que esta unidad, uno de los últimos R12 que se fabricaron, se convierta en chatarra.
Había llegado una orden para hacer limpieza y reorganizar las flotas de vehículos que se encontraban dentro de la planta pero que ya no estaban en la línea de producción en ese momento.
El destino de todo lo que estaba ocupando un lugar que no le correspondía iba a ser scrapeado, es decir, iba a ser reducido a chatarra. Dos unidades de R12 estaban en esas condiciones: uno gris y otro rojo.
"Era una sensación de odio, de lástima de mucha ternura... destrucción, una orden" recordó Moledo dejando ver en su rostro lo dura que le había resultado aquel mandato.
Así fue que decidieron con otros compañeros tratar de salvar a las dos unidades en peligro. Sin embargo, solo uno de los vehículos pudo ser rescatado.
El R12 de color rojo fue escondido dentro de la fábrica, en un lugar que no era muy visitado, para evitar que se lo lleven. "Era guardar un tesoro dentro de la planta para que se conservara" puntualizó Moledo.
El R12 fue cubierto con un plástico, tanto para permanecer oculto como para protegerlo de posibles daños, ya que en ese momento no se sabía cuánto tiempo lo iban a tener que mantener escondido. FInalmente permaneció allí durante un mes, hasta que "pasó la tormenta". Al modelo en cuestión nadie lo buscó más y la historia de búsqueda del R12 rojo dentro de la planta no existió más.
Moledo detalla que actualmente al modelo "lo lavamos, lo ponemos en marcha, le cargamos combustible y lo hacemos rodar un poquito para que no se dañen las cubiertas ni las mangueras".
Dentro de la fábrica de Santa Isabel, el R12 rojo es una reliquia que se exhibe con orgullo. Cada vez que hay un evento o si hay alguna visita importante lo muestran. Y es una atracción para todo el mundo.
Pero Moledo es terminante, "si vienen de algún museo de Francia o alguien de otro país a pedirnos este modelo no se lo damos" aseguró un poco en broma y un poco en serio. Pero las razones son entendibles: "este vehículo nació en Córdoba, nació en Argentina y tiene que estar acá"
El Renault 12 fue lanzado el 5 de mayo de 1971 en el Salón Municipal de Exposiciones de Buenos Aires. Y de entrada cautivó al público. Era un auto que cerraba por todos lados: confiable, espacioso y con un diseño que marcó una ruptura para la época, al inaugurar una línea novedosa que distaba del diseño de otros modelos comercializados por la marca.
El concepto estético del R12 fue "la flecha", un estilo aerodinámico para lograr menor resistencia al avance y mejorar la autonomía y la estabilidad, que se caracterizaba por una marcada inclinación del capó, un techo que se iba elevando hacia las plazas traseras y una caída acentuada de la tapa de baúl.
Todos estos atributos permitieron que el Renault 12 fuera un vehículo polifacético, vistiéndose también como taxi, cumpliendo funciones como patrullero, ambulancia (Break) o destacándose como auto de rally.
El confort y el espacio interior fueron dos armas de seducción. En el R12 se podían acomodar cinco personas y emprender un largo viaje sin necesidad de preocuparse dónde guardar el equipaje. Prácticamente todo entraba en su baúl, incluso la rueda de auxilio, ubicada sobre la derecha.
En 1976 tuvo un rediseño más importante y con él apareció la variante TS, sumándose a la TL (base). Esta nueva opción se diferenció por incorporar un propulsor 1.4 litros de 90 HP de potencia y aire acondicionado como equipamiento opcional.
A partir de este año, el R12 se convirtió en un suceso de ventas, liderando el mercado hasta principios de la década del 80, cuando alcanzó el récord de producción: 42.921 unidades fabricadas. En ese periodo, la marca lanzó una versión más rudimentaria para ser utilizada como taxi.
En 1984 se lanzó la versión GTS, que además de ciertos retoques estéticos, fue la que introdujo faros duales redondos y caja manual de cinco velocidades.
En 1989, en plena hiperinflación, fue presentado el R12 con GNC. Esta variante no salía de fábrica con el equipo gas, sino que podía ser instalado a pedido en los concesionarios oficiales, manteniendo así la garantía original.
El último Renault 12 salió de la línea de producción de Santa Isabel un 2 de noviembre de 1994. Poco tiempo después, Moledo y sus compañeros salvaron a uno de esos últimos modelos y lo conservan como un tesoro.