Al desnutrido intelectual que se disfraza por estos días de adversario político interno del intendente de La Plata, Julio Garro, se le siguen ocurriendo esas ideas de alto vuelo que lo caracterizaron durante toda su carrera: atacar todo lo que tiene enfrente como carnero cornudo, con la mayor precariedad organizativa posible.
Juan Pablo Allan, un opaco senador de pelo colorado, ideas políticas amarillas y pensamientos negros, se alineó con Patricia Bullrich hace un tiempo ya. Antes respondía al otro Bullrich, el ex senador Esteban, que padece la horrible enfermedad ELA (esclerosis lateral amiotrófica) y debió abandonar la práctica política activa.
Ilustre marmota, recién intentando salir de la hibernación legislativa eterna a la que fue sometido por su propio instinto, Allan pasó de dormir 8 años a ser candidato a intendente de la capital bonaerense en menos que canta un gallo. Y como todo analfabeto político, lo primero que hizo fue morder la mano del amo.
Cuando la mayoría de los intendentes de Juntos por el Cambio esquivaron las internas, Garro parió la suya a fuerza de traiciones manifiestas y claras de sus peores lacayos. A pesar de tener que competir en agosto contra otra boleta amarilla, el ronco jefe comunal platense debería festejar como perro que se sacudió las pulgas.
Ambicioso como pocos, el colorado legislador bonaerense ya trató de enfrentar hace cuatro años a su conductor Garro, pero no le dio la nafta y se escondió bajo su amplio paraguas ante la primera llovizna. Ahora, con muchos verdes acumulados y la desesperación de tener que dejar su banca por inútil, JPA atacó arteramente a su mentor.
Primero se rodeó de los peores hombres y mujeres de la oceánica militancia garrista, encabezados por un ex funcionario acusado y procesado por abusos sexuales múltiples: Fernando "yo te nombro si venís a casa" Ponce, ex presidente del Concejo Deliberante platense, que se convirtió rápidamente en su jefe de campaña.
La otra gran incorporación del Colo es Simeón "Pampa, palos y manotazos" Wiochi, ex director de Colectividades y Tradicionalismo de la Municipalidad de La Plata, echado luego de varias denuncias de mujeres que trabajaban bajo su órbita, por los mismos cargos que Ponce. Otra joyita invaluable del equipo de trabajo de Allan, para mejorar la vida de los platenses.
Ahora, como para no morigerar su instinto asesino, el apretador de jueces no amarillos mandó a cortarle la cabeza a su ex jefe Julio Garro. Pero a la altura de su cobardía rabiosa, gracias a Dios sus sicarios invertebrados salieron disparados, trincheta en mano, a cortar cabeza y cara de Garro en la cartelería pública de campaña.
La campaña dio inicio en la ciudad de las diagonales y las primeras imágenes de violencia política ya sorprendieron a los vecinos, con carteles dañados y un “modus operandi” que preocupa. La imagen del intendente Julio Garro sufrió el primer ataque en el marco de esta campaña política que recién se inicia en la ciudad de La Plata.
Banners vandalizados y el rostro tajeado, sorprendieron a los transeúntes en el microcentro de la capital provincial, y recordaron los ataques perpetrados contra Facundo Manes en la última elección de 2021. “En varios carteles le cortaron el rostro y le tajearon la cara del intendente. Esto parece un mensaje mafioso más que una interna política”, analizaron desde Juntos por el Cambio, al ver con estupor lo acontecido.
Si bien aseguran que por el momento no se iniciarán actuaciones judiciales, todas las miradas apuntan a sectores disidentes dentro del oficialismo local, como los autores de estos ataques.
“La violencia política y el ataque no puede ser parte de esta elección, en donde la ciudadanía debe poder optar por cuál destino de ciudad espera, si la del diálogo, los consensos y las transformaciones, o el patoterismo, la violencia física y verbal que han caracterizado a ciertos dirigentes que hoy buscan obtener protagonismo”, se evaluó desde el más cercano entorno de Garro.