La adicción al sexo: un trastorno de salud mental que necesita atención urgente
La salud de las personas no solo depende de evitar quejas o malestares digestivos. Existen factores más complejos que afectan el bienestar, como la adicción al sexo, un trastorno que afecta tanto a la salud mental como a las relaciones interpersonales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoce como un problema serio que puede interferir en la vida cotidiana. La adicción al sexo es un trastorno mental caracterizado por un comportamiento sexual compulsivo. Este comportamiento puede deteriorar la capacidad de las personas para estudiar, trabajar o mantener relaciones interpersonales duraderas.
Es un tema poco hablado, pero con implicaciones profundas para la salud emocional y psicológica de quienes lo padecen. La adicción al sexo es más frecuente en hombres, según expertos.
Marcela Martínez Roaro, de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, señala que esta adicción es más común en hombres que en mujeres. Sin embargo, esto no se debe a causas orgánicas, sino a factores culturales que influyen en el comportamiento sexual. Este trastorno debe ser atendido para evitar consecuencias graves en la vida personal y profesional de los afectados.
Identificar los síntomas es clave para iniciar un tratamiento adecuado. Existen varias señales que indican que una persona puede estar padeciendo adicción al sexo. Entre ellas se encuentran el deseo compulsivo de realizar actos sexuales, la dificultad para mantener relaciones estables y el consumo excesivo de pornografía o la práctica de sexo con prostitutas. Además, engañar a la pareja o participar en actos ilícitos como el acoso también son indicadores de este trastorno.
Recurrir a un especialista es fundamental para mejorar la calidad de vida. El primer paso para tratar la adicción al sexo es reconocer las señales de alarma y buscar ayuda profesional. Un especialista en salud mental podrá ofrecer un tratamiento adecuado, basado en una escucha atenta y un acompañamiento confidencial. Con el tratamiento adecuado, las personas afectadas pueden mejorar significativamente su calidad de vida y recuperar el control sobre su bienestar.