El costo de la canasta básica de los jubilados llegará a $912.584 a partir de octubre, mientras que el haber mínimo, incluyendo bonos, alcanza los $304.540. Esta situación afecta gravemente a más de 4,5 millones de jubilados que perciben el ingreso básico.
El informe revela que los alimentos representan el 26% de la canasta básica, con un costo de $236.873. Le sigue la vivienda con un 22%, sumando $198.000, mientras que los medicamentos alcanzan el 16%, unos $145.268.
Eugenio Semino, Defensor del Pueblo de la Tercera Edad, señaló que los bonos otorgados por el Gobierno son "parches insuficientes" ante la creciente precariedad que enfrentan los jubilados, quienes continúan viendo deteriorarse su calidad de vida.
A partir de octubre, la jubilación mínima será de $244.320,56, un incremento menor al proyectado en el Congreso. Aunque el bono de $70.000 ayuda a mitigar los efectos de la inflación, sigue siendo insuficiente para cubrir el costo total de la canasta básica.
El sistema implementado por el Gobierno ajusta los haberes jubilatorios mes a mes según la inflación del mes anterior. En octubre, las jubilaciones se actualizarán en función del IPC de agosto, buscando compensar el impacto de la inflación.
Pese a las actualizaciones mensuales y bonos, la canasta básica continúa alejándose de los ingresos mínimos. Semino advierte que la precarización de los jubilados sigue profundizándose, sin una solución clara a la vista.
