La economía argentina enfrenta una severa crisis que se evidencia en los datos del Indec, cuyos últimos informes señalan una continua caída en la actividad económica. Las estrategias empresariales para afrontar esta situación son diversas, pero la preocupación principal radica en el impacto que pueda tener en el empleo.

Las proyecciones económicas anticipan que la situación no mejorará en el corto plazo, con datos preocupantes tanto para las estadísticas diciembre como para enero y febrero. Los sectores más afectados son aquellos orientados al mercado interno, como la industria manufacturera y el comercio minorista, que han registrado caídas significativas en sus ventas.

El empleo también se ve amenazado por esta situación, con empresas que han comenzado a reducir horas extras, turnos y trabajadores tercerizados, e incluso adelantar vacaciones y aplicar suspensiones. Aunque los despidos aún no son masivos, se considera que podrían incrementarse si la retracción de la demanda persiste por varios meses.

A pesar de la gravedad de la situación, algunos sectores como el agro, la minería y el sector de servicios del conocimiento se presentan como los más resilientes, mientras que otros como la construcción y el comercio minorista se encuentran entre los más afectados por la recesión. Las proyecciones económicas indican que la recuperación será gradual y dependerá en gran medida de factores como el comportamiento de la masa salarial en términos reales.