Mufasa: la adaptacción fallida bajo la dirección de Barry Jenkins
El próximo estreno de Disney, Mufasa, ha generado expectativas desde su anuncio debido a la participación de Barry Jenkins, ganador del Oscar por Moonlight. Esta película, que funciona como precuela de El Rey León, busca explorar los orígenes de Mufasa y Scar.
Sin embargo, la producción se ha visto marcada por tensiones creativas entre el director y la compañía, especialmente en cuanto a la dirección visual del filme. Según una reciente entrevista, Jenkins reveló que Disney le solicitó ajustes en su enfoque, específicamente en las largas tomas que caracterizan su estilo visual único, lo cual generó una gran preocupación por su ritmo.
A pesar de las dificultades, Jenkins insistió en mantener su visión artística. La película presenta un estilo visual fluido y continuo que se inspira en maestros del cine contemplativo, como Béla Tarr y Gus Van Sant. Sin embargo, la matriz de Disney temía que ciertas escenas pudieran sentirse demasiado lentas para un público infantil, por lo que sugirieron recortes en la duración de algunas tomas.
Jenkins, quien no está acostumbrado a trabajar en un entorno completamente digital, admitió que esta experiencia le resultó incómoda y limitante, ya que echaba de menos los sets físicos y la interacción directa con los actores.
El director, quien nunca antes había trabajado en un proyecto completamente virtual, expresó en múltiples ocasiones su desinterés por seguir en esta línea de trabajo. A pesar de los cambios impuestos por Disney, Jenkins dejó claro que lo que más le apasiona es el trabajo físico, donde la interacción real entre los elementos es la clave para crear una obra emocionalmente profunda.
No obstante, parece que el director, aunque satisfecho con el resultado final de Mufasa, no tiene intención de repetir la experiencia con otros proyectos de esta índole, al menos no a corto plazo.
Aunque Mufasa promete ser uno de los grandes estrenos de Disney este año, con su llegada a los cines prevista para el 19 de diciembre, la cinta no parece encajar del todo con el estilo que Jenkins ha cultivado a lo largo de su carrera.
Su relación con la producción digital y los compromisos impuestos por la compañía dejan en duda si este será el tipo de proyectos que el cineasta buscará en el futuro. A pesar de los desafíos, la película sigue siendo un testamento del esfuerzo por incorporar la esencia artística de Jenkins dentro del molde de un gran estudio de Hollywood.