

El hombre que imaginó a Vito Corleone, escribió guiones de Superman y soñó con un Padrino IV, murió sin recibir el reconocimiento que merecía. Pero, ¿cómo fue que un escritor endeudado con el juego cambió la historia del cine y la literatura para siempre?
En 1968, Mario Puzo tenía 49 años, tres novelas fracasadas y una deuda de 11 mil dólares. Su adicción al juego lo había llevado al límite. Temía por su vida. Sin contactos con mafiosos, pero con mucho ingenio, decidió escribir una historia sobre la mafia italiana en Nueva York. La llamó The Mafia, pero el título cambiaría pronto: El Padrino.
Ese mismo año, logró una reunión con la Paramount. No tenía el libro terminado, pero sí algo más fuerte: urgencia. Les dijo: “Debo once mil dólares, si no los consigo, me van a dar con un bate”. Le ofrecieron 12.500 dólares. Sin saberlo, habían comprado la historia que cambiaría el cine para siempre.
El Padrino se publicó en 1969 y vendió más de 50 millones de copias en todo el mundo. El éxito salvó a Puzo de la ruina. Pero lo mejor estaba por venir. La adaptación cinematográfica quedó en manos de Francis Ford Coppola, que trabajó junto a Puzo para llevar la historia de la familia Corleone al cine.
Aunque muchos creen que la película superó al libro, lo cierto es que Coppola se mantuvo muy fiel a la visión de Puzo. Juntos construyeron un universo donde la lealtad, la traición y el poder se mezclan en cada escena. Actores como Marlon Brando y Al Pacino hicieron el resto.
A pesar del impacto mundial de El Padrino, Mario Puzo nunca fue querido por la crítica literaria. Lo tildaban de “comercial”. Algo parecido le pasó a Stephen King. En entrevistas, Puzo confesó que no se inspiró en la mafia, sino en Dostoyevski y Los hermanos Karamazov.
Pero el público lo eligió. Después de El Padrino, escribió El siciliano, El último Don y Omertá. También fue guionista de Superman, donde el personaje de Jor-El, interpretado por Brando, tiene un aire mítico similar al de Vito Corleone.
En sus últimos años, Puzo soñaba con cerrar su saga con una cuarta parte, centrada en la juventud de Sonny Corleone. Leonardo DiCaprio ya estaba confirmado. Pero la Paramount dijo que no. Murió el 2 de julio de 1999, con el proyecto en pausa y una última novela inconclusa: Los Borgia.
Tras su muerte, el escritor Ed Falco publicó La familia Corleone, con el permiso de los herederos. Pero los lectores notaron la diferencia. El estilo inconfundible de Mario Puzo ya no estaba. Aun así, su legado vive. El Padrino sigue vendiendo, la familia Corleone sigue fascinando y su influencia perdura en cada historia de mafiosos.