Pablo Taborda, capitán de la Selección Argentina de Futsal, confía en la solidez del equipo antes de la final contra Brasil en Uzbekistán 2024. A sus 38 años, Taborda forma parte de la “Generación Dorada”, un grupo que ha llevado a Argentina a disputar tres finales mundialistas consecutivas.

La revolución del futsal argentino comenzó en 2013 con Diego Giustozzi, quien transformó al equipo en un contendiente internacional. Matías Lucuix, su sucesor, ha mantenido la esencia ganadora, guiando al equipo con el mismo rigor táctico y mentalidad de grupo.

El trabajo en equipo por encima de las individualidades

Taborda destaca que uno de los secretos del éxito de Argentina es centrarse en el trabajo colectivo. La defensa sólida y la concentración en cada fase de juego han sido clave para convertir a Argentina en una potencia temida por sus rivales.

A pesar de estar en un momento de recambio, el equipo cuenta con jóvenes jugadores que ya tienen experiencia en las mejores ligas del mundo. Según Taborda, esto ha sido un factor crucial en el crecimiento del futsal argentino desde la victoria en 2016.

Un equipo con hambre de gloria

El equipo argentino se caracteriza por su hambre insaciable de victorias. Como destacó el entrenador Lucuix, el deseo de ganar esta Copa del Mundo es personal para muchos jugadores, especialmente tras la derrota ante Portugal en 2021.

La selección de futsal se percibe como una familia, similar a la “Scaloneta” de Messi. La camaradería y el apoyo mutuo son parte del ADN del equipo, lo que refuerza su éxito tanto en la cancha como fuera de ella.