En medio del caos económico que atraviesa Argentina, el primer cuatrimestre del gobierno libertario de Javier Milei se ha convertido en un desfile de desgracias para millones de argentinos. Con una inflación galopante, aumentos descontrolados y brutales ajustes, la realidad golpea con fuerza a la población.

Los datos recientes de la Universidad Torcuato di Tella son tan alarmantes como reveladores: la pobreza supera el 51%, lo que significa que 3.2 millones de personas se han sumado a las filas de los desfavorecidos en tan solo tres meses.

El "Nowcast de Pobreza" arroja cifras que parecen sacadas de una pesadilla. En el último semestre, la tasa de pobreza fue del 48.3%, y para rematar, en el primer trimestre del 2024, la pobreza superó la mitad de la población, alcanzando un escalofriante 51.8%

Parece que Milei y su equipo están decididos a batir récords, pero no precisamente los que benefician a la gente. Con una proyección que sugiere que casi la mitad de la población urbana vive en la miseria, ¿quién necesita programas sociales cuando se tiene esta eficaz maquinaria para generar desigualdad?

El estudio detallado del investigador Martín González Rozada no hace más que confirmar lo que muchos argentinos ya sospechaban: estamos en un barco a la deriva, sin timón ni brújula, mientras los números rojos se multiplican como conejos en primavera.

Con la canasta básica total aumentando a un ritmo vertiginoso del 239.4% interanual y los ingresos familiares proyectados solo subiendo un "modesto" 184.0%, es reconfortante saber que alguien está mirando por el bienestar de los ciudadanos... ¡pero desde una distancia sideral!

Mientras tanto, en las calles, la gente se pregunta si realmente vivimos en el siglo XXI o si hemos retrocedido a la era de las cavernas económicas. Con Milei al timón, parece que estamos en una misión espacial hacia el abismo financiero.