La comunidad del boxeo internacional se encuentra en estado de shock tras la explosiva conferencia de prensa del lunes organizada por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA). En un evento cargado de controversias y declaraciones contradictorias, se reveló que las pruebas realizadas a las boxeadoras Imane Khelif de Argelia y Lin Yu-ting de Taiwán, durante los Juegos Olímpicos de París 2024, indicaron que ambos eran "hombres".

El expresidente del comité médico de la IBA, Ioannis Filippatos, subió la polémica al afirmar que las pruebas de sangre de 2022 mostraban "anomalías" que sugerían un cariotipo masculino en ambos deportistas. Estas revelaciones vinieron acompañadas de una violación flagrante de la confidencialidad médica, ya que Filippatos detalló públicamente los resultados de las pruebas.

La descalificación previa de Khelif y Lin del Mundial de Boxeo de 2023, por no pasar las pruebas de elegibilidad de género, había generado incertidumbre. Sin embargo, la reciente conferencia de prensa ha amplificado las críticas hacia la IBA, planteando serias preguntas sobre la integridad del deporte y el manejo de la información sensible.

La presencia del presidente de la IBA, Umar Kremlev, vía videollamada, añadió otro nivel de desconcierto, ya que sus declaraciones fueron percibidas como evasivas y contradictorias. Mientras se mencionaba la necesidad de respetar la confidencialidad médica, Filippatos rompió con este principio al revelar detalles sensibles.

Esta situación plantea un escenario preocupante donde se acusa a hombres de travestirse para competir y golpear a mujeres en el deporte. La falta de claridad y la aparente falta de transparencia por parte de la IBA sólo agravan la crisis de confianza entre los deportistas, los fanáticos y los patrocinadores del boxeo.