Alquilar de por vida: ¿Se puede comprar una casa recortando los 'gastos hormiga'?

12-09-2023 - Por Primera Página

En las últimas horas, las redes sociales se encendieron debido a una publicación que afirmaba que en Argentina era posible comprar una casa con los ahorros generados a partir de los llamados "gastos hormiga", es decir, los pequeños gastos cotidianos como café, alfajores, cigarrillos, cerveza o gaseosa.

La autora de la publicación sugería que aquellos que discrepaban con esta afirmación eran herederos o dependientes de otros.

Esta declaración desató un debate en línea, con respuestas de perfiles que abogan por la meritocracia y la libertad de mercado, y otros que consideran que esta afirmación no tiene en cuenta la realidad económica del país, la inflación, la devaluación y el alto costo de la vivienda en Argentina.

Según un informe conjunto de una cadena inmobiliaria, la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (Ucema) y Reporte Inmobiliario, el valor promedio del metro cuadrado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y áreas urbanas del Gran Buenos Aires es de 1,864 dólares.

Esto implica que para adquirir un departamento de 50 metros cuadrados se requieren 93,200 dólares, que al tipo de cambio no oficial (dólar blue) de 730 pesos, equivaldría a aproximadamente 68 millones de pesos.

Si se considera un ahorro diario mediante la reducción de gastos hormiga de alrededor de 1,500 pesos, esto suma unos 45,000 pesos al mes y 540,000 pesos al año. A este ritmo, se necesitarían aproximadamente 126 años para acumular el dinero necesario para comprar una propiedad.

Este cálculo, aunque simplificado, pone de manifiesto lo irreal y poco práctico que resulta pretender acceder a la vivienda propia únicamente eliminando los gastos hormiga. Si bien estos pueden ser útiles para mejorar las finanzas personales y cultivar el hábito del ahorro, no son suficientes para alcanzar una meta financiera tan significativa como la compra de una vivienda.

La controversia en las redes sociales refleja la brecha entre los precios de la vivienda y los ingresos de la mayoría de los argentinos, así como la falta de políticas públicas que faciliten el acceso a la vivienda propia.

También destaca la importancia de la educación financiera y la planificación de gastos y ahorros de acuerdo con objetivos personales. En última instancia, enfatiza la necesidad de cuestionar y verificar la información que se encuentra en línea y contrastarla con fuentes confiables y el sentido común.