¡Terrible lo que pasó en la UNCAUS, che! Germán Oestmann, el rector de la universidad, un tipo que estaba muy cerca del ex gobernador Capitanich, quedó procesado por corrupción y fraude contra la Administración Pública. Tremendo.

El juez federal Aldo Alurralde fue el que lo mandó al banquillo, acusándolo de ser parte de una asociación ilícita que desviaba guita del Estado que iba para la universidad. ¡Un desastre!

Resulta que Oestmann y sus secuaces, que incluyen a 17 empresarios, directivos y empleados de la universidad, armaban unos chanchullos tremendos. Transferían plata a fundaciones y empresas de sus amigos y familiares, ¡y todo a las espaldas del pueblo!

La investigación descubrió una verdadera red de corrupción y hasta lavado de guita. ¡Una locura! Además de desviar fondos, también los acusaron de malversación de caudales públicos, abuso de autoridad y violación a los deberes de funcionarios públicos. ¡Una lista larga de delitos!

Por si fuera poco, el juez les puso un embargo de 100 millones de pesos a cada uno y les prohibió salir del país. ¡Y encima tienen que presentarse en el juzgado todos los meses!

Todo esto viene después de que ya habían condenado al ex rector Omar Vicente Judis y a su hijo, Enzo Judis. ¡Y ahora aparecen más fundaciones truchas y más delitos! Una verdadera mafia.

La cosa es que, según la investigación, los corruptos usaban fundaciones porque no tienen los mismos controles que la universidad y encima están exentas de impuestos. ¡Una joda!

Ahora, la UNCAUS tiene que enfrentar esta crisis y tratar de recuperar la confianza del pueblo. ¡Ojalá que esto se esclarezca y que los responsables paguen por lo que hicieron!