En Mendoza, el refugio Ángeles de Cuatro Patas se erige como un bastión de amor y cuidado para los perros gerontes y desamparados. La historia de Facundo, un perro de 20 años abandonado tras la muerte de su dueña, refleja la triste realidad de muchos canes que son dejados a su suerte al llegar a una edad avanzada.
Beatriz Méndez, coordinadora del refugio, relata cómo muchos perros son abandonados simplemente por su edad, y cómo el refugio se esfuerza por ofrecerles una segunda oportunidad. Con una población de 187 canes, el refugio enfrenta desafíos económicos constantes, pero el compromiso de Méndez y su equipo no vacila.
La mayoría de los perros acogidos en Ángeles de Cuatro Patas son gerontes y muchos tienen discapacidades, pero Méndez insiste en que merecen tanto amor y cuidado como cualquier otro. A través de ferias, donaciones y eventos benéficos, el refugio se sostiene y continúa su labor de rescate y cuidado.
El refugio, ubicado en un área rural de Godoy Cruz, enfrenta desafíos climáticos y logísticos, pero el compromiso de Méndez y su equipo nunca flaquea. A pesar de las dificultades, encuentran fuerzas para seguir adelante y ofrecer un hogar digno a cada perro que llega a sus puertas.
La visita del político Javier Milei y el diputado José Luis Espert al refugio fue un momento destacado, pero Méndez insiste en que lo más importante es la atención a los perros y la concienciación sobre la adopción de mascotas gerontes. Con su trabajo incansable, el refugio Ángeles de Cuatro Patas sigue siendo un faro de esperanza para los perros abandonados en Mendoza.