En el vasto territorio del Chaco Seco argentino, el pecarí quimilero, el segundo mamífero más grande del país, ha pasado de ser considerado extinto durante medio siglo a ser catalogado como una especie en peligro de extinción. Micaela Camino, investigadora del Conicet, lideró el "Proyecto Quimilero" desde 2011, adentrándose en la región para localizar y estudiar a este escurridizo animal.
Conocido también como chancho quimilero, chancho moro o collarejo, el pecarí quimilro fue redescubierto en 1972 por el zoólogo Ralph Wetze en el sudoeste paraguayo. A pesar de su presencia confirmada, su cantidad exacta en la actualidad sigue siendo un misterio. La especie se encuentra en peligro debido a la pérdida de hábitat causada por la deforestación, una de las tasas más altas del mundo.
La investigación de Camino incluyó el trabajo en colaboración con comunidades locales, quienes, a pesar de la consideración científica de extinción, siempre supieron de la existencia del quimilero. Con cámaras trampa y la colaboración de lugareños, el equipo pudo confirmar su presencia en provincias como Chaco, Córdoba, Formosa, La Rioja, Salta y Santiago del Estero.
La protección del pecarí quimilero se vuelve crucial no solo por su singularidad evolutiva sino también por su papel ecosistémico. Sin medidas de conservación, la especie podría extinguirse en menos de 30 años, enfrentando amenazas significativas debido a la pérdida continua de bosques en la región chaqueña. La lucha por la preservación del quimilero se suma al desafío de mantener el equilibrio ambiental en un contexto de aumento de la deforestación y cambios normativos que podrían afectar la conservación natural.