El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, anunció medidas drásticas contra los presos vinculados a bandas criminales, replicando el enfoque de Nayib Bukele en El Salvador, con la promesa de hacerles “la vida imposible”.

En un posteo en redes sociales, Pullaro mostró imágenes de presos despojados de sus remeras y fuertemente custodiados, señalando que “se terminó el tiempo de home office liberado” para los empleados penitenciarios y que “no vamos a retroceder ante las amenazas”.

En paralelo, el Servicio Penitenciario de Santa Fe realizó una requisa sorpresa en la Unidad Penitenciaria Nº 11 de Piñero, confiscando armas blancas, celulares y chips, como parte de un esfuerzo por ajustar el control sobre los internos vinculados a bandas criminales.

La cárcel de Piñero, clave en el sistema carcelario de Santa Fe, ha sido escenario de ataques violentos en el pasado y alberga a detenidos de alto perfil, sobre quienes se ha implementado un segundo anillo de inspección para evitar que continúen ordenando delitos desde la cárcel.

Estas acciones se enmarcan en los esfuerzos del gobierno provincial por restaurar la tranquilidad de los vecinos, trasladando detenidos de comisarías a unidades penitenciarias y restringiendo las visitas a reclusos de alto perfil para evitar comunicaciones ilícitas.