Mucha gente de otros países deciden migrar a Argentina. Ya sea por estudios, por dinero, o un poco de cada uno, lo cierto es que el país recibe día a día a cientos de personas que deciden emprender y comenzar una nueva vida.
Pero no todo es color de rosa, y esto lo saben perfctamente. Es el caso de Camila, una joven que decidió venir desde Colombia a La Plata para poder estudiar, pero que debió pasar por una pésima primera noche en la ciudad de las diagonales.
"Todo comienza hace siete años cuando decidí dejar Colombia e irme a Argentina a cumplir mi sueño de ser arquitecta. Emprendí mi viaje con un poco de ahorros Y con un viejo conocido el cual viajaba conmigo y me brindaría un espacio para vivir mientras yo lograba acomodarme en esta nueva vida", comenzó contando, pero las cosas se complicaron un poco.
p>Pese al mal momento, no se quedó de brazos cruzados, y aunque temía un poco por estar en un lugar desconocido y con el dinero justo, decidió dormir en la plaza Italia.Al aterrizar viajamos a la ciudad de la Plata, allí estaba ubicada la vivienda Y la universidad en la que había decidido estudiar. Aquel viejo conocido me cerró las puertas de nuevo hogar porque para su madre no era correcto que una mujer viviera con un hombre, y me dijo que no iba a poder alojarme con él
Al día siguiente logró contactarse con una conocida de su familia, que vivía hacía varios años en la ciudad, y afortunadamente decidió darle alojamiento.
Con el tiempo reflexionaba sobre lo que me pasaba por la cabeza al quedarme en la plaza Italia por una noche sola y con toda mi vida en una valija. Corrí con la suerte de qué no me pasó nada malo y que conseguí una persona que de buen corazón me abrio las puertas de su hogar
Camila no sólo continuó con su vida en la ciudad. También incentivó a su familia a que viniera, y su historia motivó a Mora, su hermana, para poder seguir sus pasos y formar sus vidas aquí.
Actualmente trabajan y viven el día a día, con altibajos pero felices de la decisión de haber llegado a un país que les abrió sus puertas para cobijarlas y que se sientan en casa, aún a miles de kilómetros. Fuente: laplata1.com