Si venís muy tranquilamente manejando por la Avenida Montevideo de la Ciudad de Berisso, doblar en la calle Progreso (Calle 17) podría ser un grave error y una contradicción al nombre que lleva, ya que te vas a encontrar con una vía de tierra completamente abandonada y anegada por la municipalidad desde hace varios meses. Los vecinos no encuentran solución y este se vuelve un problema cada vez más agudo.
p>Hace ya varios años, el municipio tuvo las intenciones de abrir la calle 17 a la altura de 172 para poder salir directo a la avenida principal de la ciudad y permitir que los vecinos de la zona tengan una mejor convivencia dentro del barrio. Esta historia, como muchas de las que ocurren en la región, terminó a medias por parte del ente municipal que dejó la calle en total abandono.Hoy, dicha calle es un "basural a cielo abierto" según explica uno de los frentistas que vive "a 100 metros" de la zona. En la entrada por 173 se puede divisar desde lejos una gran montaña de basura y tierra que dejó la municipalidad tras limpiar el canal que pasa por allí anegando por completo el paso que utilizaban los vecinos para movilizarse de sus hogares.
Según explican los vecinos "el municipio nunca hizo nada para abrir la calle" y dejó un basural a la intemperie hace aproximadamente cuatro meses. También "dejaron un zanjón de grandes dimensiones sin señal alguna en 172 y 17" y los frentistas viven con miedo de que alguien se caiga, en especial los nenes más chicos que juegan en esa zona descampada y abandonada.
Por si no parecía quedar nada más por relatar, las obras a medio hacer cada vez son más en la zona y los vecinos ya no saben que más hacer ante el mal estado en el que se encuentra su barrio y es por eso que extienden su lista de reclamos para que alguien los ayude.
Unas cuadras más adentro, específicamente en 18 y 173 la municipalidad se había decidido a arreglar las calles ante las continuas inundaciones que se daban cada vez que llovía fuerte en la zona. Pero lejos de buscar complacer a los vecinos que tienen derecho a gozar de vivir bien en su barrio, los agentes municipales "dejaron todo a medias".
Ahora, los vecinos temen por las cámaras abiertas en plena calle que son un peligro para cualquier persona o mascota que pase caminando por allí. De esta manera, los frentistas muestran lo abandonado y tirado abajo que está el barrio en el que viven y no dejan de pedir exhaustivamente ayuda para que alguien se haga cargo de la situación deplorable por la que están pasando.