Sustancia, estupefacientes, alucinógenos, dama blanca, nieve, mojo y veneno, son algunas de las tantas variantes que existen en cualquier rincón de nuestro país para llamar a algo tan nocivo en la vida de cualquier ser humano como son las drogas. Y a pesar de su público reconocimiento, la problemática de este tema cada vez más políticos prefieren quitársela de encima con falsas promesas que nunca se cumplen.
Ante estas situaciones, cuando el Estado promete llegar pero nunca llega, es donde aparece la gente, para buscar la erradicación de un problema que va más allá de esa bolsita que se vende de manera ilegal en las madrugadas, en los rincones más oscuros de la ciudad.
Una de estas personas que se quiso poner al hombro una situación que estaba sobrepasando los límites en su barrio fue Pablo "El Colo" Pérez, un hombre que hace casi cuatro años (2017), como presidente de la ONG Iniciativa Ciudadana (IC), presentó un proyecto que consistía en ubicar "Urnas narco" en las diferentes localidades de la ciudad.
En estas urnas, la ONG le daba la chance a los vecinos de poder poner su denuncia por drogas para no tener que ir a denunciar a una comisaría y que la misma quede en la nada. La intención era darle prioridad a esas denuncias y poder hacerlas llegar a la agenda pública para ayudar a identificar y erradicar los problemas de drogas en los barrios. Pero como siempre, "todo quedó en nada".
Varios años después de esta iniciativa, Pablo Pérez, hoy presidente de La Plata Solidaria, nos cuenta como quedó la situación y cómo se hace para combatir al enemigo (los narcotraficantes) si sus cómplices son los mismos policías: "Aquella experiencia tuvo que ver con la desesperación de muchos padres que estaban enloquecidos porque veían perder a sus hijos por las drogas".
"No querían denunciar a la policía, y lo bien que hacían, porque después con los años nos dimos cuenta de la convivencia que había entre los que vendían droga y los policías de distintas seccionales", cuenta Pablo sin pelos en la lengua revelando una realidad innegable y que demuestra lo que hace falta para sacar adelante una situación crítica.
El Colo cuenta que en aquel entonces obtuvieron "17 reportes que eran muy difícil de denunciar" y que en el medio tenían muchas trabas en las comisarías, cuando ellos mismos ya sabían que en los lugares denunciados se vendía droga. De todas las denuncias realizadas solo se realizaron 3 allanamientos de cocaína y los mismos "dieron positivo, obviamente" comenta Pablo indignado.
"Todo siguió normal", dice Pérez con respecto a la situación de las drogas en la ciudad. Cuando ellos creían que estaban combatiendo desde dentro el problema, en realidad estaban avivando a los narcos para que se cuiden más, y la policía también fue (y sigue siendo) cómplice de esto.
"No era solamente denunciar al que vendía la droga, era también poder empezar a sentar las bases para torcer esta situación" en los barrios vulnerables. Pablo dice que ellos ponían en un lugar importante de acción al Estado, los clubes de barrio y el apoyo en las escuelas. En aquel momento la noticia llegó a manos de la Municipalidad y el mismo intendente Julio Garro realizó varias denuncias que "quedaron en la nada", dejando sin esperanzas a muchos colaboradores barriales con respecto a este tema.
Cuatro años después de aquel hecho, y diez desde que se encuentra luchando contra las drogas, El Colo opina que en este tipo de situaciones son donde tiene que accionar el estado para ponerle fin a un problema que atormenta a miles de familias y que cada vez avanza más sobre todos nosotros.