Las oficinas de la Municipalidad están rebalsadas por pilas de reclamos vecinales que todos los días emiten los vecinos de la ciudad de La Plata, y ni hablar de los cientos de llamados que no son atendidos o denuncias que quedan en la nada misma y que solamente logran acumular problemas en los barrios.
p>Cuando parecía que la única deuda del municipio era atender la periferia platense, luego de haber pasado su primer mandato, todo indica que al intendente Julio Garro se le estaría yendo de las manos hasta su principal fuerte: los vecinos del casco urbano. <Estas últimas semanas, sumados los ya normales cortes de luz y falta de agua en épocas de verano, los reclamos dentro del casco de la ciudad aparecieron con más fuerza. Y con justa razón, los vecinos apuntaron todos contra el intendente Julio Garro y su desaparición tras las elecciones.
Y cómo un par de palmeras sobre las ramblas no logran arreglar todos los problemas de la ciudad, los vecinos hablaron por su cuenta y reflejaron lo que realmente sucede en los barrios de la ciudad:
<En la calle 39 entre 12 y 13, frente a la Plaza Belgrano, uno de los vecinos reportó un grave problema que tiene hace días sobre su vereda. Y es que apenas salió de su casa se encontró con que brotaba agua de entre medio de las baldosas y así estuvo durante horas sin obtener respuestas por parte del municipio y ABSA, por lo que debió acudir a hacer público su problema.
Por otro lado, muy cerca de la zona recién nombrada, en 10 entre 42 y 43, los vecinos levantaron el teléfono para realizar un reclamo por problemas con los arboles y sus raíces sobre las veredas.
Resulta que las raíces del un árbol bastante viejo crecieron de tal manera que comenzaron a romper toda la vereda y dejaron un desastre en la zona, afectando una de las bocas de tormenta que hay en la cuadra, lo cual preocupa y bastante a los vecinos que ya no saben qué hacer y no reciben ayuda alguna.
Un reclamo que tomó mucha fuerza en las redes sociales, fue el de la falta de mantenimiento urbano y especialmente el desastre que dejan en la calle los tachos de basura municipales que rebalsan de basura, provocando olores nauseabundos y suciedad que los vecinos ya se hartaron de juntar por su cuenta.
