TOKIO.– Incluso para los estándares de Corea del Norte, el alboroto y la cobertura de los medios de comunicación en torno a la prueba de lanzamiento del misil balístico intercontinental más potente del país hasta la fecha fue impresionante, y en ocasiones parecía inspirarse en las superproducciones de Hollywood.

Hubo una gran cantidad de fotos desde todos los ángulos y algunos videos fuertemente editados con música que iban más allá de la habitual propaganda de celebración tras un lanzamiento exitoso. Los medios de comunicación estatales destacaron que el líder norcoreano Kim Jong-un tuvo especial interés en el lanzamiento tras autorizarlo personalmente, mostrándolo en acción y celebrándolo después.

Pero la cobertura no se detuvo ahí. Un segmento de 15 minutos sobre el lanzamiento en la televisión estatal norcoreana incluyó una introducción dramática, muy estilizada, al estilo de Michael Bay, del líder norcoreano supervisando la acción. La televisión estatal lo emitió al menos dos veces este viernes.

Kim caminó en cámara lenta. Junto con otros oficiales, comprobó la hora en cámara lenta. Se quitó los anteojos de sol en cámara lenta. Luego siguieron las glamorosas tomas del Hwasong-17. Y por último una cuenta regresiva de 10 segundos para el lanzamiento.

Corea del Norte no es ajena a la producción exagerada, pero el video subraya lo importante que es la ocasión para Kim: el lanzamiento del Hwasong-17 es un paso importante para el país en su empeño por demostrar la seriedad con la que desarrolla su capacidad de disuasión nuclear para defenderse en caso de guerra nuclear.

Las pruebas de misiles sirven para muchos propósitos, entre ellos enviar un fuerte mensaje político a nivel interno de que Kim, que está en su décimo año de poder, está cuidando de su pueblo. Pero es un mensaje cada vez más difícil de enviar, dado el deterioro de la economía provocado por un estricto cierre fronterizo autoimpuesto que ha puesto a prueba el suministro de alimentos y el flujo de dinero en efectivo en medio de continuas sanciones económicas.

En febrero, un documental de los medios de comunicación estatales de Corea del Norte hizo una rara mención a la “crisis alimentaria” del país, lo que permite ver la realidad sobre el terreno.

“Victoria milagrosa”

El segmento televisivo del viernes hizo hincapié en que el Hwasong-17 voló más alto y más lejos que cualquiera de sus misiles anteriores, y aterrizó exactamente donde los líderes querían.

“Según el respetado camarada Kim Jong-un, esta fue otra victoria milagrosa para la seguridad de nuestra patria y el bienestar eterno de todos los descendientes, a pesar de todo tipo de dificultades y penurias”, dijo el locutor de televisión.

El misil

Los medios estatales de Corea del Norte declararon que su nuevo misil balístico intercontinental (ICMB) “supergrande” es un “poderoso elemento de disuasión de la guerra nuclear”, citando a Kim diciendo que el misil “mostrará claramente el poder de nuestra fuerza estratégica al mundo una vez más”. Si se confirma, el lanzamiento podría indicar un progreso para llegar a cualquier lugar en Estados Unidos continental con el objetivo de entregar múltiples ojivas nucleares a la vez en caso de guerra nuclear.

“Es necesario dejar en claro que quien intente atentar contra la seguridad de nuestro estado lo pagará muy caro”, dice el comunicado oficial. “Nuestra capacidad de defensa estatal hará preparativos exhaustivos para una larga confrontación con el imperialismo estadounidense sobre la base de la tremenda fuerza técnica militar inquebrantable incluso ante cualquier amenaza militar y chantaje”.

El misil, que según Corea del Norte es el nuevo Hwasong-17 (“hwasong” significa “Marte” en coreano), voló en una “trayectoria elevada” como las pruebas anteriores de misiles balísticos intercontinentales, lo que significa que fue disparado casi hacia arriba para no volar sobre los espacios aéreos de países vecinos.

Voló más alto y más lejos que el ICBM anterior en 2017, hasta 1100 kilómetros y a una altura de 6200 kilómetros. Voló durante 71 minutos, 17 minutos más que la prueba Hwasong-15 en 2017.

Pero Corea del Norte aún tiene que demostrar que podría lanzar un arma nuclear a largas distancias. Por ejemplo, no ha demostrado que tenga la capacidad de reingreso para poder transportar múltiples ojivas con éxito a través de la atmósfera terrestre.

“No han probado que el vehículo de reingreso pueda sobrevivir al vuelo riguroso en ese rango [intercontinental]”, dijo Vann H. Van Diepen, exalto funcionario de no proliferación del Departamento de Estado. “¿Los norcoreanos realmente tienen la intención de llevar esta cosa al despliegue? ¿Cuántos de ellos se desplegarán? Todo eso es desconocido”. Fuente: lanacion.com.ar