"Pueden robarte el corazón, gritar los goles en Morón, mientras te venden anteojitos", podría decir una modernizada versión del tema de "Tango Feroz" adaptada a lo que hoy le tocó vivir a los inmigrantes de Senegal en la Provincia de Buenos Aires, cuando su selección terminó clasificando al mundial de Qatar, al vencer por penales a la representación de Egipto.
Las imágenes en video del festejo en el partido bonaerense de Morón, se replicaron en La Plata, Mar Del Plata y varios distritos del conurbano, cuando tras una polémica definición por penales, unos láseres impedían la visión de algunos de los rematadores y del arquero rival.
El festejo del triunfo hizo olvidar por un momento de todo a los jóvenes nacidos en Senegal, que estaban vendiendo sus productos en cercanías de la Estación de Trenes de Morón.
Sus gritos eufóricos los alejaron un instante de la ardua labor cotidiana que significa estar todo el día parados, con sol, frio, calor o lluvia, al pie de su manta, para hacerse del "mango" diario que les permite subsistir y (con suerte) ayudar a sus familias en África.
Es que hoy se jugaba el partido de vuelta del repechaje en el Estadio Olímpico de Diamniadio, en Dakar, Senegal.
Allí era donde 50 mil espectadores poblaban las tribunas, pero también acá, en Argentina, y especialmente en la Provincia de Buenos Aires, miles más estaban listos para apoyar a su equipo.
En los 90 minutos debían revertir el 1 a 0 en contra de la semana pasada ante Egipto.
Y lo consiguieron a través del atacante Boulaye Dia que anotó el único gol del encuentro en la revancha de hoy.
Con ese resultado hizo que la definición continuara en el alargue, pero allí no se sacaron ventajas, y siguió todo igual, estirando la agonía de los senegaleses bonaerenses sin definir si su país, o Egipto obtenía el "boleto" a Qatar.
Por esa situación es que llegaron a la definición por tiros desde el punto del penal.
Fue en ese momento que se produjeron los hechos que quizás puedan traer alguna consecuencia en la FIFA, porque los hinchas locales en Senegal terminaron jugando un papel clave en las ejecuciones.
Al menos 30 láseres se encendían en cada oportunidad que alguno de los futbolistas tenían que patear al arco.
Esas luces de color verde iban dirigidas o bien al arquero de Egipto, o al jugador al que le tocaba ejecutar de la selección visitante.
Sin embargo ni el árbitro ni la seguridad del encuentro hicieron nada por impedir esta molesta intervención.
Nada les importó a los senegaleses "argentinos" que vibraron ante cada penal, y dieron rienda suelta a su alegría por haber conquistado un logro a pocas semanas de haber ganado la Copa de África ante el mismo rival.
Senegal estará en Qatar, y con esa participación logrará ser parte de un mundial nuevamente por tercera vez en su historia, luego de 2002 en Corea/Japón, y 2018 en Rusia. Fuente: infocielo.com
