Durante los últimos años la comunidad científica nos ha alertado sobre los posibles riesgos que existen al vivir en entornos con altos niveles de contaminación. Sin embargo, debemos decir que nadie se esperaba –sobre todo los hombres- que el tamaño del pene también se viera afectado por esa cuestión.
No es broma. Una reconocida científica ha advertido que la contaminación está abriendo paso a una nueva generación de hombres con penes más pequeños. Pero no sólo eso, sino que también provoca que los hombres presenten una disminución en la líbido y otros problemas sexuales como la disfunción eréctil.
La doctora Shanna Swan, una importante epidemióloga ambiental y reproductiva de Estados Unidos, acaba de escribir un libro donde relaciona el impacto que la contaminación por químicos industriales, utilizados en productos de uso común, está ejerciendo sobre los bebés que ahora nacen con penes más pequeños de lo normal.
De acuerdo con Swan, los químicos no sólo están afectando el tamaño del órgano reproductor en los bebés, sino que además provocan que éstos tengan menor producción de espermatozoides. Si eso no fuera suficiente, los pequeños también tienen altas probabilidades de desarrollar disfunción eréctil y otros inconvenientes de carácter sexual en el futuro.
Shanna Swan explica que este problema se debe a una sustancia llamada ftalatos, la cual se encuentra en las piezas de fabricación de plástico y misma que los bebés están absorbiendo desde el útero o a través de la leche materna. Los ftalatos afectan la forma en que se produce la hormona endocrina, algo que posteriormente genera otras problemáticas.
Coeficientes intelectuales más bajos, nacimiento prematuro, niveles más bajos de testosterona y penes más pequeños son algunas de las cuestiones con las que los pequeños están llegando al mundo.
En su escrito la científica detalla que cuatro bebés fueron expuestos a cuatro ftalatos diferentes durante sus primeros tres meses de vida. La cuestión es que todos ellos presentaron una distancia anogenital (AGD) –que se mide del punto medio del ano al inicio de los genitales– más corta de lo habitual.
Pero los ftalatos no son los únicos culpables. En su investigación, la doctora Swan indica que la contaminación de otras sustancias como el bisfenol A o el PFC también tiene un impacto en la disminución del deseo sexual, el tamaño y hasta el grosor del pene. Fuentes: lamovidaplatense.info y agencianova.com