La Plata empezará a ser una ciudad libre de colillas de cigarrillo ya que el Concejo Deliberante aprobó este miércoles una ordenanza que prohíbe y sanciona con dureza a quienes arrojan esos residuos en la vía pública.
p>La iniciativa dispone en su artículo 1º la prohibición "en todo el territorio platense de arrojar filtros y colillas de cigarrillos en la vía pública y en todos los espacios comunes de uso público" y dispone en el artículo 11º un esquema de sanciones a través de multas que irían de los 15 a los 1.000 módulos", lo cual traducido en términos monetarios a valores actuales representan entre 5.272,5 y 351.500 pesos.La idea había sido presentada en diciembre por la concejal de Juntos por el Cambio Carla Fernández y tuvo un rápido tratamiento en comisiones para ser aprobada en la sesión virtual de este miércoles. Su autora, la concejala oficialista Carla Fernández, la presentó antes de que una legislación semejante fuera aprobada por la Legislatura porteña. Esa ley, sin embargo, dispone multas mucho más bajas, de hasta 15.000 pesos.
La ordenanza define a las colillas como "el resto de un cigarrillo que se deja sin fumar luego de haber sido consumido; puede o no contener restos de tabaco y puede o no contener el filtro". Y dispone además "la colocación de contenedores especiales para filtros y colillas con carteles indicadores en todos los espacios abiertos y cerrados de acceso público, de esparcimiento y recreación, tanto del ámbito estatal como privado".
También se prevé que el Departamento Ejecutivo realice convenios con organizaciones de la sociedad civil con el objeto de realizar el retiro y posterior reciclado de las colillas.
Pero como se dijo también establece duras sanciones para quienes las arrojen. El proyecto establece que sean entre 15 y 1.000 módulos, lo cual, en función de que cada módulo actualmente es de 351,5, (tiene en cuenta como parámetro el 2% del sueldo básico municipal) lleva las multas hasta los 351.500 pesos como tope máximo, además de los trabajos comunitarios. En tanto que los comercios que no cumplan con la colocación de contenedores sufrirán una sanción que será determinada en la reglamentación de la ordenanza.
En los fundamentos, Carla Fernández habla del cuidado del medio ambiente como "responsabilidad de todos" y de la necesidad de "generar políticas que permitan su aplicación para las generaciones venideras son garantías de una ciudad sana y sustentable".
Pero como se dijo también establece duras sanciones para quienes las arrojen. El proyecto establece que sean entre 15 y 1.000 módulos, lo cual, en función de que cada módulo actualmente es de 351,5, (tiene en cuenta como parámetro el 2% del sueldo básico municipal) lleva las multas hasta los 351.500 pesos como tope máximo, además de los trabajos comunitarios. En tanto que los comercios que no cumplan con la colocación de contenedores sufrirán una sanción que será determinada en la reglamentación de la ordenanza.
En los fundamentos, Carla Fernández habla del cuidado del medio ambiente como "responsabilidad de todos" y de la necesidad de "generar políticas que permitan su aplicación para las generaciones venideras son garantías de una ciudad sana y sustentable".
En ese sentido dijo que la OMS elaboró un informe sobre el impacto medioambiental del tabaco del cual surge que las colillas, "contienen más de 7 mil sustancias químicas tóxicas que contaminan el medio ambiente, algunas de ellas cancerígenas para el ser humano, como por ejemplo arsénico, nicotina, alquitrán, plomo, hidrocarburos poliaromáticos, entre otras".
Y agrega que el mismo informe determinó que los residuos de los productos de tabaco "son el tipo de basura más numeroso", ya que se estima que cerca de 10.000 millones de los 15.000 millones de cigarrillos vendidos diariamente en el mundo se desechan al medio ambiente. El detalle agrega que las colillas representan "entre el 30% y 40% de los objetos recogidos en las actividades de limpieza urbana".
Entre otros puntos, fundamenta que las colillas están compuestas por acetato de celulosa (encargado de absorber las sustancias del cigarrillo), un material no biodegradable que se estima, puede tardar hasta 15 años en descomponerse, que una sola colilla contamina 50 litros de agua y que el tiempo de degradación puede prolongarse durante una década manteniendo la contaminación afectando suelos, ríos, lagos, mares.
Y avanza sobre la posibilidad de reutilizar las colillas al ejemplificar con la actividad de Cigabrik de la ciudad de Mendoza, la cual "convierte millones de colillas en ladrillos ecológicos, a partir del desarrollo de un método de reciclaje natural". Fuentes: lamovidaplatense.info y 0221.comar